La campaña electoral francesa, paralizada por el caso Fillon

Los aspirantes a la presidencia de Francia están hartos de los escándalos de la campaña del candidato conservador François Fillon, quien presuntamente recibió de un empresario un préstamo de 50.000 euros que no declaró, según nuevas revelaciones publicadas este martes.

Un día después del final oficial de la crisis política desatada por los supuestos empleos ficticios en la familia de Fillon, nuevas acusaciones, reveladas este martes por el semanario satírico Le Canard Enchaîné, podrían reactivar las especulaciones sobre su capacidad para mantener su candidatura.

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Según la edición que aparecerá el miércoles del Canard Enchaîné, que ya sacó a la luz a finales de enero el caso de los empleos ficticios, Fillon obtuvo en 2013 un préstamo de 50.000 euros del empresario Marc Ladreit de Lacharrière, y “no consideró útil” hacerlo figurar en su declaración patrimonial ante la Alta Autoridad para la Transparencia de la Vida Pública.

Este préstamo de Ladreit de Lacharrière, propietario de la publicación La Revue des Deux Mondes donde la esposa de Fillon cobró durante varios meses por una controvertida colaboración, fue “devuelto íntegramente”, afirmó el abogado de Fillon, Antonin Levy, al Canard Enchaîné.

Después de semanas de incertidumbre marcadas por los reiterados llamamientos a renunciar, Fillon, de 63 años, tiene ahora que reconstituir su equipo de campaña tras numerosos abandonos y conseguir federar a su campo, más allá de la frágil unidad actual.

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Frente a él, los otros candidatos se exasperan viendo esta campaña electoral, todavía muy incierta, centrada en el culebrón judicial del caso Fillon.

“Absorbe todo el espacio, hay exasperación, por no decir más”, aseguró Jérôme Guedj, portavoz del candidato socialista Benoît Hamon.

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“Nos robaron esta campaña”, se indignó la semana pasada Emmanuel Macron, el exministro socialista del presidente François Hollande que apunta al voto centrista.

Lo mismo piensa la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, que el sábado dijo que el caso Fillon “monopoliza buena parte de la atención mediática e impide que se lleve a cabo la campaña”.

Telenovela

Fillon está en el punto de mira de la justicia por los presuntos empleos ficticios que habrían beneficiado a su esposa y a dos de sus hijos, que fueron asistentes parlamentarios cuando él era diputado.

Hasta enero, era el principal candidato en los sondeos pero tras conocerse el caso se hundió al tercer lugar, superado por Marine Le Pen y por el centrista Emmanuel Macron.

Los franceses siguen el caso Fillon como una telenovela. El domingo las declaraciones exclusivas de Penelope Fillon y una carta de dimisión del director de campaña del candidato conservador dispararon las ventas del Journal du Dimanche.

Por la noche, Fillon fue entrevistado por la televisión pública France 2, que logró su mejor audiencia de la temporada con 7,8 millones de televidentes.

“Temo que al final el ganador sea elegido por defecto y que no haya posibilidades para exponer claramente su proyecto”, estimó Jean-Christophe Cambadélis, líder del Partido Socialista.

“Lamentamos que todo este ruido obstaculice la claridad del debate”, insistió por su parte Alexis Corbière, portavoz del candidato de izquierda radical Jean-Luc Mélenchon. A menos de 50 días de la primera vuelta, el 23 de abril, “el reloj avanza” sin un debate sobre los programas.

La frustración es evidente en la izquierda, donde Benoît Hamon, tiene dificultad para hacer despegar su campaña y en hacer oír su voz.

Emmanuel Macron parece el único beneficiado. Además recibió un apoyo importante, el del veterano centrista François Bayrou, que le ofreció así un poco de exposición mediática.

A diferencia de Fillon, la popularidad de Marine Le Pen no hace mella a los casos de presuntos empleos ficticios en el Parlamento Europeo que la salpican, que continúa recorriendo Francia y sigue a la cabeza en la intención de voto en la primera vuelta.