Un líder de la industria automotriz ha expresado su preocupación de que la frontera norte de México podría reabrirse a la importación indiscriminada de autos ‘chocolate’ de los Estados Unidos.
Guillermo Rosales Zárate, subdirector general de la Asociación Mexicana de Concesionarios de Automóviles, dijo que existe presión para cambiar la política que regula la importación de autos usados, aunque “hasta hoy ha tenido éxito”.
La presión proviene principalmente de legisladores y autoridades de los estados del norte, informó la agencia noticiosa Notimex.
Rosales dijo que abandonar la política representaría un “golpe muy serio para el crecimiento de la industria [automotriz]”, explicando que tendría un impacto negativo en el empleo.
Dijo que varios otros grupos de la industria, incluida la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), también se oponen a cualquier movimiento para cambiar la política existente, lo que ha ayudado a reducir el número de importaciones de vehículos usados desde un máximo de 1.3 millones en 2006.
En los últimos meses, agregó Rosales, los esfuerzos para “modificar las reglas de comercio exterior están permitiendo que se violen los controles [de importación de vehículos] a través de prácticas fraudulentas”.
Los autos basura conocidos como chatarras son traídos al país por importadores y casas de subastas utilizando documentación falsa, dijo. Se supone que la política tal como está actualmente mantiene a estos autos fuera de México.
“El aumento en el tráfico y la comercialización de vehículos ilegales en el área fronteriza, e incluso en los estados del norte, es obvio. “Es un fenómeno que observamos una disminución en el transcurso de 10 años, pero durante 2018 creció”, dijo Rosales.
Agregó que la apatía y en muchos casos la complicidad de las autoridades estatales y municipales en el norte del país habían permitido que se produjera este aumento.
Hizo un llamado al gobierno para “mantener el compromiso de no ceder a la presión” para cambiar la política de importación de autos usados.
Se espera que alrededor de 150,000 autos usados hayan sido importados a México para fines de año.
