Los astronautas podrían volver a volar desde suelo estadounidense a principios de este verano, luego de que el impecable lanzamiento de la nave espacial Crew Dragon, construida en privado por SpaceX, abriera “una nueva era en la excelencia estadounidense”, según el director de la agencia espacial Nasa.
La nave no tripulada despegó del Centro Espacial Kennedy en Florida a primeras horas del sábado, sobre un cohete Falcon 9. Está programado atracar con la estación espacial internacional el domingo, para una visita de cinco días que probará los sistemas y las operaciones requeridas para permitir que los humanos estén a bordo de la primera misión tripulada para julio.
El importante vuelo de prueba, repleto de suministros para la estación espacial y tripulado por un muñeco vestido con un sensor llamado Ripley, después del personaje de Sigourney Weaver en las películas Alien, acerca a Estados Unidos a la finalización de una sequía de ocho años en el lanzamiento de humanos al espacio causado por El retiro de la flota de transbordadores espaciales de la NASA en julio de 2011.
Desde entonces, la agencia ha tenido que pagar a su antiguo adversario de la carrera espacial Rusia unos 81 millones de dólares por asiento para transportar a los astronautas estadounidenses a la estación espacial a bordo de los cohetes Soyuz que están envejeciendo.
“El exitoso lanzamiento de hoy marca un nuevo capítulo en la excelencia estadounidense, acercándonos una vez más a volar astronautas estadounidenses en cohetes estadounidenses desde suelo estadounidense”, dijo Jim Bridenstine, el administrador de la NASA, en un tweet publicado minutos después del espectacular lanzamiento de las 2.49am. Llamado “un hito importante en la historia de nuestra nación”.
Bridenstine amplió sus pensamientos en una conferencia de prensa posterior al lanzamiento en la que rindió homenaje a los acuerdos internacionales que mantuvieron a los EE. UU. En el espacio durante casi una década y contempló una nueva era de asociación entre el gobierno y el sector privado.
“Queremos asegurarnos de mantener nuestra asociación con Rusia, que ha sido muy sólida durante mucho tiempo desde la era de Apolo-Soyuz, pero también queremos asegurarnos de que tenemos nuestra propia capacidad para ir y venir a la Estación espacial internacional “, dijo.
