La pasión fotográfica de Toledo

OAXACA, OAX. (proceso).- Antes de decidirse por la pintura, Francisco Toledo quiso ser fotógrafo. El catálogo de una exposición de Manuel Álvarez Bravo que tuvo en sus manos lo deslumbró.

El artista zapoteco remueve sus recuerdos:

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“Ese catálogo me hizo ver que la fotografía era un arte, que no solamente eran recuerdos de familia, o recuerdos de lugares donde uno estuvo, sino que había toda una creatividad atrás.

“Entonces le pedí a mi familia que me compraran una cámara y empecé a fotografiar a mis amigos, paisajes, azoteas, encueradas en las azoteas…”

Desgraciadamente –se lamenta–, “no guardé ese material”.

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Su pasión por la fotografía, pero sobre todo su espíritu altruista, lo llevó a darle forma a una ocurrencia, a un flashazo mental. Y junto al colectivo de fotógrafos Luz 96 decidió crear el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB).

Esa ocurrencia acaba de cumplir 20 años con la apertura de la exposición –el sábado 17– “Universo en el sur”, bajo la curaduría de Alejandro Castellanos con un grupo de estudiantes del taller “Aprendiendo con la imagen”, cuya temática se basa en cinco perspectivas: el arte, la etnografía, el género, el paisaje y los movimientos sociales de Oaxaca.

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Entre los artistas de esta muestra se encuentran Jorge Acevedo, Manuel y Lola Álvarez Bravo, Lee Friedlander, Romualdo García, Tony Gleaton, Graciela Iturbide, Josef Koudelka, Mary Ellen Mark, Eniac Martínez, Man Ray, Sebastiao Salgado, Frederick Starr, Vida Yovanovich y Edward Weston.

El Centro Fotográfico se fundó el 17 septiembre de 1996. El colectivo Luz 96 estaba integrado por Cecilia Salcedo, Jorge Acevedo, Vittorio D’nofri, Juan Carlos Reyes y Domingo Valdivieso.

Toledo decidió bautizarlo como Manuel Álvarez Bravo por la admiración a su obra. Paradójicamente, el artista plástico conoció al fotógrafo en una exposición donde éste quiso comprarle un cuadro. Pero Toledo le planteó hacer un trueque:

“Le propuse un intercambio: la colección que se tiene en el acervo José F. Gómez de fotografías de don Manuel, es resultado en parte de ese intercambio.”

En dos décadas, el Centro Fotográfico ubicado desde 2005 en una casona de M. Bravo 116 y García Vigil (centro histórico), ha realizado 243 exposiciones, entre ellas de algunos legendarios oficiantes de la imagen como Dona Ferrato, Joan Fontcuberta, Allan Frame, Alberto García-Alix, Charles Harbutt, Graciela Iturbide, Joan Liftin, Mary Ellen Mark y Walter Reuter.

Imposible olvidar aquel 17 de septiembre de 1996, día de la apertura en su primera sede ubicada en la calle de Murguía, también en el centro de la capital. Fue una gran fiesta. Don Manuel estuvo tomando fotos. En Oaxaca ni por asomo campeaban los proyectos destructivos como el del centro de convenciones que el gobierno actual pretendió levantar en el emblemático Cerro del Fortín y que Toledo consiguió frenar.

El espacio cultural cuenta con cerca de 5 mil libros especializados en fotografía que pueden ser consultados en la biblioteca del IAGO (Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca), así como un acervo con más de 90 mil documentos de imagen al alcance de los investigadores.

Este museo es el único que el artista conserva, ya que no lo entregó a la Federación en enero pasado cuando donó las dos sedes del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) al Instituto Nacional de Bellas Artes, todo por un peso.

La directora del Centro Fotográfico, Adriana Chávez Aragón, evoca la colección, iniciada cuando se crea la Casa de la Cultura de Juchitán y el artista consideró necesario, para formarla, comprar e intercambiar obra.

Al primer intercambio entre Toledo con sus piezas por fotografías de Manuel y Lola Álvarez Bravo, siguieron donaciones de Graciela Iturbide al igual que de Héctor García, Henri Cartier-Bresson y Roberto Doniz.

Los cerca de 90 mil documentos están divididos en tres fondos:

–Obras de unos 200 autores de los más conocidos.

–Imágenes de Roberto Doniz, quien al morir donó su colección a Toledo –cerca de 70 mil–, están catalogadas en carpetas de paisajes, mujeres solas, niños muertos.

–El último es de Ignacio Sanabria, de Nochixtlán, cuya obra no ha sido muy estudiada, sólo se ha catalogado.