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La prueba del ácido

Al final, los homicidas, porque eso son aunque sus actos sean culposos y no dolosos, gozan de su plena libertad

El nombre que figure en la nominación a la candidatura de nuestro estado, deberá pasar la prueba del ácido.

Los recientes acontecimientos registrados en nuestro estado, relacionados con la cancelación de la visa a la gobernadora Marina del Pilar, son un catalizador que potenciará un tema que desde hace tiempo viene causando inquietud en el terreno político de nuestra frontera.

¿Quiénes serán los aspirantes a la gubernatura de Baja California? Los hechos referidos, ordenados desde la Casa Blanca sin duda alguna, obligan al gobierno de Claudia Sheinbaum y a sus colaboradores de confianza como la secretaria de Gobernación Rosa Icela Rodríguez y al titular de Seguridad Omar García Harfuch, a efectuar una rigurosa prueba del ácido para palomear al hombre o la mujer que busque dicha postulación.

Tengamos en cuenta que la administración marinista cuyo mandato deberá concluir en 2027 -si es que otra cosa no sucede antes-, entrará en declive a partir del próximo año cuando los ánimos se calienten y los aspirantes busquen posicionarse.

En pocas palabras, e insistimos, si nada se atraviesa en el camino, a la administración de Avila Olmeda le restan solo siete meses y de enero del 2026 en adelante todo será una disputa por el poder. Políticos y grupos que organicen, no podrán ser financiados con dineros sucios ni podrán lanzar campanas al viento alegremente pensando que los esperan los negocios de sus vidas.

Aquí consideremos a los distintos aspirantes y el poder de los grupos que los respaldan, pero todo intento y todo movimiento deberán pasar por los filtros y tamices de la administración de Claudia Sheinbaum, quien gobernará nuestro país del 2024 al 2030.

La jefa del ejecutivo nacional no podrá soslayar que Baja California aún tendrá frente a sí el gobierno de Donald Trump cuya segunda administración concluye en 2029, y quien parece buscar un tercer periodo ya que sus mandatos no fueron consecutivos, por lo que su estrategia podría ser lanzar como candidato a su vicepresidente JD Vance e ir en fórmula con él.

Ante este escenario, veremos que Donald Trump no quitará el dedo del renglón en lo que a México concierne, y que estados como Sinaloa, Baja California, Tamaulipas y varios más estaremos en su radar.

Ya alguna vez en agosto del 2020, en plena pandemia del coronavirus, Donald Trump se refirió a Tijuana como una de las ciudades con más problemas de contagio. Esperemos que en este 2025, el mandatario estadounidense no tenga a Baja California como un centro neurálgico por lo que toca a la epidemia del fentanilo. Y es que al huésped de la Casa Blanca se le queman las habas por enviar tropas armadas a territorio nacional, o al menos desplegarlas a lo largo de nuestra frontera como ya lo viene haciendo.

Por todo ello, el nombre que figure en la nominación a la candidatura de nuestro estado, deberá pasar la prueba del ácido.