La Ronaldomanía se agiganta en Portugal

“¡Es un momento histórico! Esta victoria la esperábamos hacía doce años”, exulta Hugo Machado, de 39 años, cuyas tres hijas están vestidas con la camiseta de Cristiano, el superhéroe nacional que ha disparado la Ronaldomanía: país apasionado del fútbol, todo Portugal salió este lunes a las calles a festejar el título de la Eurocopa-2016 logrado el domingo en el Stade de France frente al anfitrión Francia (1-0 en alargue).
Para recibir a sus nuevos héroes que regresaban de Francia, los fanáticos se juntaron primero en el aeropuerto internacional de Lisboa con algo en común: Ronaldo era el número uno de los hinchas por robo. Los cantos hacían foco en él, todos lo querían tocar, abrazar y besar.
“No hemos dormido mucho. Esta victoria es la primera, teníamos que estar aquí. Es nuestra venganza después de 2004”, dice Antonio Ribeiro de Magalhaes, un estudiante de 21 años, en referencia a la final que perdió el equipo luso ante Grecia, siendo Portugal el país anfitrión del torneo.
“¡Portugal, Portugal!” y “¡Campeones, campeones, somos los campeones!”, eran los gritos que más se escuchaban entre los fanáticos lusos.
“Hemos entrado en la historia de Portugal!”, lanzó un contentísimo Cristiano Ronaldo, que lideró al equipo en la cancha durante el torneo y también este lunes en los festejos en la capital lusa.
La superestrella levantó una y otra vez la CopaHenri Delaunay por arriba de su cabeza y hacía estallar aún más la emoción de los hinchas, en su gran mayoría con banderas y camisetas rojo y verde, primero desde el balcón presidencial y luego desde un autobús que recorrió el centro de Lisboa.
Llantos de alegría, emoción, abrazos a la distancia para su dios del fútbol. “Ronaldo, Ronaldo”, se escuchaba en las calles, pero también era el protagonista de las crónicas de los diarios y las charlas de café.
Ronaldo había dejado la cancha el día de la final a los 25 minutos del primer tiempo después de una lesión en su rodilla izquierda, tras un choque con el volante francés Dimitri Payet. Se fue en camilla, llorando, pero luego se fue al banco y pareció vestirse de un segundo seleccionador, junto a Fernando Santos, dando indicaciones, alentando y empujando a su equipo hacia la consagración.

Victoria de todos los portugueses

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Era la primera consagración internacional de Portugal, después de caer hace doce años en la final de ‘su’ Eurocopa ante Grecia, muy recordada porque el prodigio Ronaldo, con apenas 19 años, se había marchado del campo llorando desconsoladamente.
Para la gente, fue una bocanada de aire en medio de una economía que apenas sale a flote de una crisis que la aqueja hace años.
La televisión nacional emitió el desembarco y todos los movimientos de los nuevos héroes en directo, aunque los planos más largos y cada gesto de Ronaldo tenían especial atención para los camarógrafos y directores, también hipnotizados con el crack del Real Madrid.
“Este trofeo es de todos los portugueses, de todos los inmigrantes y de toda la gente que ha creído en nosotros”, había dicho la noche del domingo, con el trofeo en la mano después del partido. Sus hinchas se sienten cada vez más orgullosos de su capitán, jugador estrella, ayudante técnico y alma de la consagración de Portugal, que entró al Olimpo del fútbol con la conquista de su primer título internacional de calibre.
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