La tasa de homicidios de México rompió un nuevo récord en 2018 cuando la guerra contra las drogas del país se prolongó y los grupos criminales lucharon por el control de una gama cada vez más diversificada de actividades ilegales.
Las cifras publicadas esta semana por la secretaría de seguridad pública del país muestran que se abrieron 28,816 expedientes de casos de homicidios en 2018, un 15% más que el año anterior.
En los últimos años, la violencia ha estallado en áreas previamente pacíficas del país como el estado de Quintana Roo, que registró 763 homicidios en 2018, el doble de la cifra de 2017.
El conflicto en Quintana Roo, hogar de las ciudades turísticas del Caribe de la “Riviera Mexicana”, se ha atribuido a una lucha por las rutas de contrabando y los mercados locales de drogas, pero en otras regiones, la violencia ha sido impulsada por otros mercados ilegales.
En el estado occidental de Guanajuato, las tasas de homicidios se han disparado debido a una epidemia de robo de combustible, en la que la gasolina se extrae de las tuberías. Guanajuato, el corazón católico conservador del país registró 2.609 homicidios en 2018, lo que lo convierte en el estado más asesino de México.
Las nuevas cifras de asesinatos subrayan la magnitud del desafío al que se enfrenta el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el cargo el 1 de diciembre prometiendo calmar al país luego de 12 años de represión militar contra los carteles de la droga y el crimen organizado.
Con información de The Guardian
