Se espera ampliamente que la UE desencadene un proceso que finalmente podría hacer que Polonia pierda sus derechos de voto en Bruselas, con la paciencia de las reformas que se dice que son una amenaza a la independencia del poder judicial.
Si se toma un primer paso en forma de advertencia formal contra el gobierno derechista de Polonia el miércoles, será un acto sin precedentes contra un estado miembro y exacerbará una creciente sensación de crisis por la membresía del bloque en el país.
También podría resultar muy incómodo para Theresa May, que estará en Varsovia para una cumbre entre el Reino Unido y Polonia el jueves, en la que espera impulsar su visión de una relación comercial posterior al Brexit con el resto de Europa.
El primer ministro británico, que viajará con el canciller, Philip Hammond, y el secretario de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, es probable que se le pregunte a qué lado del argumento ella apoya. El gobierno del Reino Unido ha sido ambiguo sobre su posición, debido a las preocupaciones de que Bruselas no debería entrometerse en asuntos internos.
A pesar de ser entusiastas defensores de sistemas judiciales independientes, el gobierno británico también quiere construir alianzas a medida que intenta aumentar el apoyo para la búsqueda en mayo de un acuerdo comercial “profundo y especial” con la UE.
Una disputa sobre las reformas del gobierno polaco a la judicatura del país ha estado en curso durante dos años, pero parece haber llegado a un punto crítico después de la decisión del senado polaco el viernes pasado de aprobar una legislación que otorga al ejecutivo un mayor control de la Corte Suprema y el consejo nacional del poder judicial, que nombra jueces.
Mateusz Morawiecki, quien asumió el cargo de primer ministro de Polonia a principios de este mes, ha defendido los cambios judiciales que su predecesor hizo en el partido Ley y Justicia (PiS). Él confirmó la semana pasada que esperaba que la decisión del artículo 7 el miércoles fuera en contra de su gobierno.
El lanzamiento del artículo 7, una sanción nunca antes utilizada, se ha incluido en la agenda de una reunión el miércoles de los 28 comisionados de la comisión europea, dirigida por Jean-Claude Juncker. El vicepresidente de la comisión, Frans Timmermans, tiene previsto dirigirse a los periodistas por la tarde.
Con información de The Guardian
