Las larvas de la polilla de la cera son generalmente criadas como cebo de los pescados, pero un descubrimiento de la ocasión ha revelado su gusto para el plástico; que podría ser utilizado para combatir la contaminación del plástico.
Para las larvas, que se crían como cebo de pescado premium, debe clasificarse como una vida mejor. En lugar de colgar en el extremo de un gancho y preguntándose lo que viene a continuación, las larvas están a punto de unirse a la guerra contra los residuos de plástico.
Las larvas de polillas de cera se venden como deliciosos bocadillos para chub, carpa y bagre, pero en la naturaleza los gusanos viven de cera de abejas, convirtiéndolos en el azote de los apicultores en toda Europa.
Pero en un descubrimiento casual, un científico y apicultor aficionado ha encontrado que las larvas tienen un gusto por algo más que la cera. Cuando Federica Bertocchini sacó una infestación de una de sus colmenas y las puso en una bolsa de plástico, los gusanos simplemente comieron el plástico para salir.
“Volví a la habitación donde había dejado los gusanos y me di cuenta de que estaban en todas partes”, dijo. La bolsa estaba llena de agujeros.
La ruptura llevó a Bertocchini, investigador del Consejo Nacional de Investigación y científicos de la Universidad de Cambridge, a investigar los hábitos alimenticios de las larvas de Galleria mellonella de un centímetro de largo. En pruebas de laboratorio, descubrieron que 100 gusanos pueden devorar 92 miligramos de polietileno en tan sólo 12 horas.
Con un apetito tan voraz por el plástico, los gusanos podrían ser aprovechados, razonaron los científicos. Cada año, la persona promedio utiliza más de 200 bolsas de plástico que pueden tardar entre 100 y 400 años en degradarse en los vertederos.
Las larvas parecen descomponer el polietileno con las mismas enzimas que utilizan para comer cera de abejas. Para confirmar que los gusanos no estaban simplemente masticando el plástico en trozos más pequeños, los científicos aplastaron a algunos de ellos y ensuciaron la pasta de larva en bolsas de plástico. De nuevo, de acuerdo con el estudio en Current Biology, aparecieron agujeros.
Una solución a los residuos plásticos
Paolo Bombelli, un bioquímico de Cambridge que participó en el estudio, dijo que el hallazgo podría conducir a una solución a los residuos de plástico que se acumulan en los cursos de agua, océanos y vertederos. Con la investigación adicional, los científicos esperan identificar las enzimas que las larvas producen cuando van a trabajar en una bolsa. Los genes para estos podrían entonces ser puestos en bacterias, tales como E coli, o en los organismos marinos llamados fitoplancton, y se utiliza para degradar los plásticos en la naturaleza.
“Debemos estar muy contentos de que tengamos plástico para millones de artículos, pero debemos tener cuidado con los residuos de plástico, y lo que estamos estudiando podría ayudar a minimizar eso”, dijo Bombelli.
Debido a que hay regulaciones estrictas en torno a la liberación de organismos genéticamente modificados en el medio ambiente, otra manera de reducir los residuos de plástico podría ser criar un gran número de larvas y dejarlos sueltos en los residuos. Pero eso sólo podría ser viable si los gusanos tienen un apetito sin fin por bolsas de plástico.
“Queremos saber si están comiendo el plástico para usarlo como alimento, o simplemente porque quieren escapar”, dijo Bombelli. “Si sólo quieren escapar, van a alimentarse muy pronto. Pero si lo están comiendo para usarlo como fuente de energía, es un juego de pelota completamente diferente. Aún no somos capaces de responder a esto, pero estamos trabajando en ello. ”
Con información de The Guardian
