Los 20 años de Romo Muñoz en Tijuana

TIJUANA .- Durante los últimos 20 años, Rafael Romo Muñoz estuvo al frente de la Arquidiócesis de Tijuana, una labor –que según dijo- realizó gustoso y que le ha dejado varias experiencias positivas que se llevará consigo una vez entregado el nombramiento al nuevo Arzobispo Francisco Moreno Barrón.

Romo Muñoz abrió las puertas, para compartir algunas de sus vivencias de su trabajo en la predicación de la palabra de Dios, en una de las fronteras más importantes a nivel internacional.

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Cambios de administraciones en los tres niveles de gobierno, violencia, crecimiento poblacional, crisis económica, problemas sociales, entre otros temas, fueron los vividos y atendidos por quien hasta el día de hoy funge como Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Tijuana.

Originario de Torreón, Coahuila, Rafael Romo dedicó toda su vida a la Iglesia, pues desde secundaria supo que su destino era transitar por el mundo llevando la palabra de Dios como un profeta, similar a los que son descritos en la Biblia.

Estudió secundaria y bachillerato en Saltillo, y al terminar los estudios de preparatoria, ingresó a un Seminario de Nuevo México, Estados Unidos, donde pasó tres años junto con un grupo de jóvenes mexicanos.

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Fue una etapa complicada para quienes estaban interesados en dedicar su vida al sacerdocio en México, recordó, pues se encontraban en la época de la post persecución religiosa que en aquel entonces provocó la expulsión de muchos líderes católicos del país, y el cierre de templos, entre otras situaciones.

Sin embargo, lo anterior no desanimó a Romo, quien continuó con su objetivo y fue así como egresó de la licenciatura en Filosofía, regresó a Torreón y “dio nacimiento” al Seminario en donde estuvo trabajando durante un año.

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Estudió Teología en Roma durante cuatro años y una vez concluido su estudio volvió a su lugar de origen, en donde por siete años fue Sacerdote hasta que de nueva cuenta fue enviado al Vaticano para que cursara Teología Moral por tres años.

Luego de ese tiempo y ya formando parte de la diócesis Romo Muñoz regresó a México y viajó de manera constante a Chihuahua y Torreón, y después de 17 años fue nombrado encargado de la atención espiritual de sacerdotes mexicanos que se encontraban en Roma.

Su labor estaba asignada para seis años, sin embargo en un lapso de cinco meses por órdenes del Papa fue enviado a Tijuana, en donde se le dio el nombramiento de obispo, esto en el año de 1996 y permaneció así durante diez años, hasta que la Diócesis se transformó en Arquidiócesis.

Predicar la palabra de Dios en Tijuana no fue sencillo, dijo, pues el terreno en aquellos entonces se volvía algo complicado para el acercamiento con algunas comunidades, además de que resultó impactante la ciudad en lo que se refiere a su cercanía con California, Estados Unidos.

Una de las etapas difíciles que enfrentó junto con el gobierno, iglesia y sociedad, fueron los años “violentos” de la frontera, en donde Tijuana era catalogada como una de las ciudades más peligrosas del mundo, pronto eso cambió al grado de ser nombrado un municipio “modelo” en materia de seguridad, rememoró.

Durante su gestión al frente de la iglesia católica, reconoció que fue muy crítico sobre las acciones de gobierno, el crimen organizado y algunos problemas sociales, sin embargo afirmó que esto en ningún momento le generó problemas ya que “ponía las cartas sobre la mesa” pero siempre de manera respetuosa y puntual en sus comentarios.

Ahora, Romo Muñoz está a unos cuantos días de entregar el cargo de Arzobispo de Tijuana, viajará a su natal Torreón para un periodo de descanso y luego regresará a esta frontera para vivir, agradecido con los tijuanenses, con las autoridades y con todas las personas que estuvieron apoyándolo en su gestión, pero sobre todo, destacó que se encuentra agradecido con Dios por darle la oportunidad de predicar su palabra por varios años.