Los ecologistas protestan para que España proteja el Parque de Doñana

Los ecologistas protagonizaron este miércoles una protesta en España para que el Gobierno proteja las marismas del Parque de Doñana, Patrimonio Mundial de la UNESCO, y evite que sean incluidas en la lista de hábitats en peligro.

Unos 20 activistas de la organización ecologista Greenpeace bloquearon las operaciones de gas natural cerca de las reservas de humedales de la costa del sur de España, hogar de más de 4.000 especies, incluido el lince ibérico, en peligro de extinción.

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A las 17h00 locales, seguían campando en el lugar para denunciar el proyecto que “pone en riesgo la biodiversidad y el futuro de este espacio protegido”, por su cercanía con la reserva.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) también lanzó la voz de alarma por Doñana justo un día antes de la fecha límite para que España entregue un informe a la UNESCO sobre su gestión de los humedales, como le había pedido el organismo con sede en París.

“Doñana está en gravísimo peligro”, advirtió Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España.

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“No queremos que Doñana entre en la lista de en peligro, pero no va a quedar más remedio”, agregó.

El Gobierno español se ha defendido asegurando que los humedales están bien protegidos y que incluso aparecen en la lista verde de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que reconoce la buena gestión de las áreas naturales.

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Los ecologistas no discuten este punto, pero apuntan que las actividades que rodean la inmensa zona de lagunas, bosques y playas de aguas cristalinas representan una amenaza.

Según WWF, actualmente los humedales solo reciben un quinto del agua que necesitan, en parte por culpa de los cercanos cultivos ilegales.

También estima que el Parque se expone a mayores daños por las cercanas actividades mineras y gasísticas y los proyectos de obras de dragado del río Guadalquivir para hacerlo más profundo y permitir la navegación de buques mercantes y cruceros corriente arriba, hasta el puerto de Sevilla.

La compañía Gas Natural Fenosa obtuvo permiso para utilizar reservas agotadas de gas natural como depósitos subterráneos para su consumo posterior, lo que implica construir oleoductos en esta frágil área.
Los ecologistas de Greenpeace bloquearon el acceso a esa obra.

Gas Natural Fenosa condenó el bloqueo, asegurando que “viene trabajando en el entorno de Doñana desde hace cerca de 30 años con el máximo cuidado del entorno en el que se realiza su actividad” y subrayando que “en este tiempo no se ha descrito una sola afección al medio ambiente derivada de su actividad”.