Los gatos de seis dedos de Hemingway aguantan el huracán Irma en cayo Hueso

Islas enteras han quedado reducidas a escombros, calles se han convertido en ríos, grúas se han retorcido, y más de 30 personas han muerto. Los gatos de seis dedos de Hemingway, en cambio, están bien.

Los 54 gatos, muchos de ellos descendientes de un gato con polidactilia que perteneció a Ernest Hemingway, viven en la casa del escritor en cayo Hueso, Florida, que fue severamente golpeado por el huracán Irma.

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Cuando la tormenta se acercaba la semana pasada, la policía ordenó la evacuación total de los cayos de Florida. Sin embargo, Jacque Sands, la gerente general de la Casa y Museo Ernest Hemingway, se negó a irse. Dijo que tenía la obligación de cuidar la propiedad y a los gatos durante el huracán.

Los amantes de los animales se preocuparon. Una de las nietas de Hemingway, la actriz Mariel Hemingway, conminó públicamente a Sands a ir a un lugar seguro. “Creo que es usted una persona maravillosa y admirable por tratar de quedarse ahí e intentar salvar a los gatos y la casa”, dijo en un video publicado por TMZ, pero “esto asusta. Este huracán es de cuidado”.

“Suba a los gatos al coche y váyase”, le suplicó Hemingway.

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Sands no lo hizo. Los gatos, dijo, entrarían cuando cayera la presión barométrica, y ellos y sus asistentes humanos estarían a salvo dentro de los muros de piedra de 45 centímetros de grueso de la casa.

Al parecer tenía razón: el curador de la casa, Dave Gonzales, confirmó el lunes que los gatos, muchos de los cuales tienen seis o siete dedos, no sufrieron daños.

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Fueron buenas noticias bienvenidas en medio de la destrucción que se extiende desde Barbuda hasta Tampa.

Gonzales le dijo a NBC que se habían quedado diez empleados con los gatos y que habían sobrevivido excelentemente a la tormenta. Mencionó que la piedra había retenido el aire acondicionado que hace tan cómoda la construcción, y que el personal probablemente acompañaría a los gatos durante la noche otra vez.

Después de eso, dijo: “tenemos la esperanza de que las cosas vuelvan a la normalidad en cayo Hueso y podamos disfrutar nuestra vida en el paraíso”.

Aunque no está vinculada con el funcionamiento de la casa y ni siquiera estaba segura de cómo ponerse en contacto con Sands cuando Irma se acercaba, Mariel Hemingway dijo que había estado “terriblemente nerviosa por todos”.

Pero ahora que la tormenta ya pasó y todos los moradores de la casa están a salvo, señaló en una entrevista el lunes: “Creo que es maravilloso que les importa lo suficiente como para tratar de realmente proteger todas las cosas de Hemingway.

“Me alegro de que ya haya pasado”.

La construcción, estilo colonial español, cercana al punto más occidental de cayo Hueso, se edificó en 1851 y se convirtió en el hogar del escritor y su segunda esposa, Pauline Pfeiffer, 80 años después. Remodelaron la casa, que estaba deteriorada, llenaron las habitaciones con antigüedades europeas y los trofeos de caza mayor de Hemingway, y gastaron 20.000 dólares en construir la primera piscina a nivel del suelo en cayo Hueso (haciendo ajustes por la inflación, eso sería como gastar 347.000 dólares en una piscina hoy en día).

Gonzales indicó que él, el personal y los gatos no estaban viviendo con tanto lujo después de la tormenta, pues no tenían electricidad, agua ni internet. Pero dijo que los generadores de electricidad han permitido al personal conservar sus alimentos y que tenían a mano insumos médicos.

Además, en cumplimiento de la predicción de Sands, dijo que los gatos, que se han vuelto un atractivo para algunos turistas tanto como la historia de la casa, habían parecido sobrenaturalmente sintonizados con la tormenta.

“Cuando comenzamos a reunir a los gatos para meterlos, algunos de hecho corrieron adentro, sabiendo que era momento de refugiarse”, dijo. “A veces pienso que son más listos que los seres humanos”.

Maggie Astor
© The New York Times 2017