La primera ministra de Nueva Zelanda da a luz a una niña

“Bienvenida a nuestro pueblo, pequeña”, así es como la primera ministra Jacinda Ardern anunció el nacimiento de su hija en Nueva Zelanda y en el mundo.

La primera ministra publicó una fotografía de ella y su pareja Clarke Gayford abrazando a su primera hija en su página de Facebook el jueves por la tarde (hora de Nueva Zelanda).

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“Me siento muy afortunado de tener una niña sana que llegó a las 4.45 p.m. con un peso de 3.31kg (7.3lb). Muchas gracias por sus mejores deseos y amabilidad. Todos lo estamos haciendo realmente bien gracias al maravilloso equipo del hospital de Auckland City “.

Ardern, de 37 años, se convierte en la segundo líder mundial en dar a luz mientras está en el cargo, siendo la primera la paquistaní Benazir Bhutto en 1990, con quien, casualmente, la hija de Ardern comparte un cumpleaños.

Las noticias del nacimiento se encontraron con una oleada de emoción en Nueva Zelanda, la culminación de un “#babywatch” nacional que comenzó con el anuncio del embarazo de Ardern en enero y alcanzó su punto máximo el domingo, que era su fecha de parto.

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Morgan Godfrey, un comentarista político y escritor, comentó sobre el enfoque típicamente realista de Ardern a pesar de estar bajo la mira mundial durante el embarazo.

“Jacinda Ardern llegó al hospital en su propio automóvil, con Clarke conduciendo. No hay limusina o ambulancia especial. Su bebé nació en un hospital público junto con el de los demás. Sin hospital privado, sin atención especial adicional.”.

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La primera ministra agregó: “Tres hurras para el sistema de salud pública, también”.

Guy Williams, un personaje de televisión y comediante, habló por muchos neozelandeses cuando twitteó que era un “día orgulloso de ser un kiwi [el apodo que los neozelandeses usan para definirse a sí mismos]”. Añadió: “Cualquiera que afirme que este no es un momento histórico para nuestro país está descartando el prejuicio arraigado que todavía tenemos hacia las mujeres en el lugar de trabajo”.

Con información de The Guardian