“Luz de luna”: Un poco insípida

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Dirigida por Barry Jenkins, la cinta Luz de luna (Moonlight, EU-2016) cuenta la dolorosa historia de un niño afroamericano que resulta ser gay, que lucha por encontrar su lugar en el mundo en medio de un contexto familiar cargado de violencia.

 

- Publicidad-

El personaje central es un niño llamado Chirion y su historia se nos presenta en tres partes que abarcan prácticamente toda su adolescencia y sus primeros años como adulto. Tres actores representan a nuestro héroe en dichas etapas: Alex R Hibbert, Ashton Sanders y Trevante Rhodes.

 

Conocemos a Chirion entrando a la adolescencia, un niño introvertido, que casi no habla, y de baja estatura. La primera vez que lo vemos a cuadro está siendo perseguido por un grupo de niños de su edad, pero físicamente más grandes. En la primera etapa lo conocemos por su apodo, Little, en la segunda por su nombre, Chirion, y en la tercera lo vemos como un hombre rudo que responde al apodo de Black.

- Publicidad -

 

La escena anterior es presenciada por un rudo vendedor de drogas, Juan (Mahershala Ali), quien corre al auxilio del pequeño. Juan se irá convirtiendo en una especie de su protector, quien vive sin padre, y cuya madre, Paula (Naomi Harris) es una adicta a las drogas, muchas de las cuales son compradas al mismo Juan.

- Publicidad -

 

Como puede Chirion va creciendo y esquivando los golpes de la vida, o más bien, de sus compañeros de clase, hasta que llega el momento en que deberá enfrentar a sus demonios y forjar su destino.

 

La cinta presenta pasajes dolorosos de la vida de Chirion, mismos que moldearán su carácter y lo “empujarán” a tomar decisiones. Durante estos pasajes tenemos huecos de nuestro personaje principal, así como de los secundarios, que son clave en su vida.

 

Chirion enfrentará traiciones, pero también habrá manos amigas dispuestas a ayudarlo, mismas que él termina rechazando; aunque no queda claro si estas manos amigas son realmente una mejor solución o no, y finalmente Chirion hace las cosas lo mejor que puede.

 

Lo anterior resulta un poco desconcertante porque hay cosas de la trama que no quedan del todo claras, además de que nos da la sensación de que no está pasando nada. Así que cuando llegamos al final: son más las preguntas que las respuestas que la historia ofrece. Lo que impera es una sensación de desconcierto como espectadores, en medio de grandes actuaciones y una estupenda fotografía.

 

El poder narrativo de Luz de luna se queda corto para transmitir el conflicto y resolución de la historia.