Los sindicatos y grupos estudiantiles colombianos realizaron su segunda huelga nacional en menos de una semana, en honor a un manifestante muerto y para protestar contra los rumores de planes económicos del gobierno, corrupción y violencia policial.
La serie de protestas comenzó la semana pasada con una marcha de 250,000 personas y una huelga nacional.
Los manifestantes se están uniendo contra los planes económicos, como un aumento en la edad de las pensiones y un recorte del salario mínimo para los jóvenes, que el presidente, Iván Duque, niega apoyar, y lo que dicen es una falta de acción del gobierno para detener la corrupción. y el asesinato de cientos de activistas de derechos humanos.
Las marchas han atraído a miles de manifestantes pacíficos, pero el jueves y el viernes también estuvieron marcados por la destrucción de las estaciones de transporte público, los toques de queda en Cali y Bogotá y la muerte de tres personas en relación con presuntos saqueos.
Miles de personas se concentraron en la céntrica Plaza de Bolívar de Bogotá frente al Congreso y a una cuadra del palacio presidencial el miércoles por la tarde. Otros manifestantes estaban en camino para unirse a ellos.
“Nos dirigimos a la Plaza de Bolívar para gritarle a este gobierno que tenemos muchas necesidades, que estamos exigiendo nuestros derechos, que estamos cansados de que no nos escuchen”, dijo el contador Oliverio Zambrano, de 33 años, mientras se dirigía al plaza en un grupo de unos 40 otros.
Las marchas del sábado dieron un giro oscuro cuando el manifestante de 18 años de edad, Dilan Cruz, resultó herido de muerte por un bote de gas lacrimógeno disparado por la policía antidisturbios de ESMAD.
Cruz murió el lunes y se ha convertido en un símbolo para los manifestantes, quienes alegan que el ESMAD está utilizando una fuerza excesiva en sus esfuerzos de dispersión de multitudes. Su servicio conmemorativo privado se llevó a cabo el miércoles por la mañana, y su familia ha pedido no violencia.
El Comité Nacional de Huelga, compuesto por los principales sindicatos y organizaciones estudiantiles, exige que el gobierno disuelva la fuerza y ”purifique” a la policía.
Las conversaciones entre el comité y el gobierno se han estancado en medio de las demandas sindicales que Duque se reunió con ellos sin la presencia de líderes empresariales u otros grupos.
El comité también ha exigido un rechazo de la propuesta de reforma fiscal del gobierno, que incluye un recorte en las obligaciones comerciales.
Duque anunció varios cambios a la propuesta esta semana a un costo de alrededor de $ 930 millones, incluida la devolución del impuesto al valor agregado para el 20% más pobre de los colombianos y menores contribuciones a la atención médica por parte de los pensionistas con salario mínimo.
Pero su promesa de mantener un diálogo nacional centrado en los problemas sociales hasta marzo ha provocado la burla entre los manifestantes y los políticos de la oposición, quienes lo ven como una respuesta tibia al creciente descontento.
La administración de Duque ha estado plagada de problemas durante sus casi 16 meses en el cargo, incluido un congreso combativo, bajos índices de aprobación y esfuerzos legislativos infructuosos.
