Muchos residentes de Monterrey, Nuevo León, tomaron ayer las calles para protestar contra una ola de feminicidios y exigir justicia en el caso del secuestro, presunta violación y asesinato de una niña de ocho años.
Una marcha de protesta fue organizada por la familia de Ana Lizbeth Polina Ramírez y la organización civil Ciudadanos Empoderados.
Los manifestantes vestían de blanco y marchaban en la sede del gobierno estatal, sus voces se unieron en una demanda contundente: “Ni una más, ni una sola chica más, ni un solo chico más”.
Pedro Alejo Rodríguez, líder deCiudadanos Empoderados, acusó a las autoridades locales de apatía y exigió la pena de muerte y la castración química para los violadores.
Mayra Cobos, prima de la joven víctima, explicó que la madre de la niña está siendo mantenida bajo protección y fuera del ojo público debido a amenazas en su contra.
Ella dijo que Dulce Ramírez había sido criticada en los medios locales y en las redes sociales por no preocuparse adecuadamente por su hija, y le siguieron las amenazas de que ella también moriría.
Cobos también cuestionó por qué el atacante de Ana Lizbeth estaba recibiendo tratamiento “privilegiado” en el centro penal de Topo Chico, donde permanece bajo custodia preventiva mientras espera el juicio.
Se informó que el hombre, identificado solo por su primer nombre, Juan Fernando, fue puesto en confinamiento solitario después de que otros reclusos lo amenazaron.
Varios colectivos feministas organizaron una segunda marcha y su principal queja fue contra los feminicidios en el estado, incluida la de Ana Lizbeth.
Ellos también acusaron al gobierno de apatía.
Con información de Mexico News
