Alrededor de un millón de personas se reunieron en Barcelona para renovar sus pedidos de independencia catalana y exigir la liberación de los líderes políticos encarcelados casi un año después del referéndum unilateral que desencadenó la peor crisis política de España desde su regreso a la democracia.
Las celebraciones anuales de Diada conmemoran la caída de la ciudad al final de la guerra de sucesión española en 1714, pero en los últimos años han sido utilizadas por grupos proindependentistas como una muestra de fuerza.
El tema de la independencia sigue siendo divisivo en la región, y las encuestas sugieren que los catalanes están casi divididos en cuanto a si permanecerán como parte de España.
Los organizadores dijeron que 460,000 personas se inscribieron para participar en el mitin, mientras que la policía en Barcelona aumentó la asistencia a alrededor de 1 millón, por lo que es más o menos del mismo tamaño que el evento del año pasado.
Una vez más, el movimiento de independencia demostró su extraordinaria capacidad para movilizar su base, llenando unas cuatro millas de Diagonal, la calle más ancha de la ciudad, con cientos de miles de simpatizantes vestidos con camisetas con el lema: “Estamos haciendo la república catalana “.
Con cánticos de “las calles siempre serán nuestras” e “independencia”, la multitud masiva se reunió en lugar de marcharse en las secciones asignadas a lo largo de la calle.
Luego, a las 17:14 – para coincidir con el año en que Barcelona cayó – se hizo el silencio, seguido de una ola de sonido que rugió de un extremo de Diagonal al otro, donde derribó simbólicamente un muro que representaba el gobierno directo que Madrid impuso por varios meses después de que se declarara ilegal la declaración de independencia en octubre pasado.
En un signo de las divisiones en la sociedad catalana, dos de los principales partidos antiindependentistas boicotearon la ceremonia de colocación de coronas de la mañana del martes en la estatua de Rafael Casanova, héroe de la defensa de Barcelona antes de que cayera.
Ciudadanos, el partido más grande del parlamento catalán, y el Partido Popular más pequeño se mantuvieron alejados mientras el Partido Socialista Catalán (PSC) se retiró de los eventos institucionales de Diada por primera vez este año, argumentando que la celebración anual se había convertido en una que excluía a la mitad de la población de Cataluña
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, asistió a la ceremonia de la corona, pero dijo que no participaría en la marcha porque exigía explícitamente la independencia y, por lo tanto, solo representaba a la mitad de los catalanes. “Como alcalde, tengo el deber de buscar el consenso”, dijo.
Con información de The Guardian
