Más de 800 mil personas marcharon en ciudades de toda Francia cuando los trabajadores ferroviarios, los maestros y el personal del hospital realizaron una de las huelgas más grandes del sector público en décadas contra los planes de Emmanuel Macron para reformar el sistema de pensiones.
Una huelga de transporte en todo el país detuvo a gran parte de Francia y se esperaba que continuara durante los próximos días a medida que los sindicatos se involucraran, diciendo que los cambios en las pensiones del presidente obligarían a millones de personas a trabajar más tiempo o recibir pagos más bajos.
Los trenes, los metros y los servicios de autobuses se vieron gravemente afectados, se cancelaron algunos vuelos y se cerraron muchas escuelas en el mayor desafío a la agenda de reformas de Macron desde que estallaron las protestas antigubernamentales de chalecos jaunes (chaleco amarillo) el año pasado.
En París, la policía disparó gases lacrimógenos durante escaramuzas con manifestantes vestidos de negro al borde de la marcha sindical a primera hora de la tarde. Algunos manifestantes prendieron fuego a un remolque de almacenamiento, rompieron ventanas y un refugio de autobuses, y volcaron autos. Los bomberos apagaron pequeños fuegos encendidos en contenedores.
Más de 6,000 policías antidisturbios se alinearon en la ruta de la manifestación desde París Gare du Nord al este de la ciudad, mientras que grupos de oficiales detuvieron a las personas que caminaban hacia la manifestación y registraron las bolsas. Al final de la tarde hubo más de 70 arrestos y 9,000 registros.
La policía antidisturbios en Nantes, en el oeste de Francia, disparó gases lacrimógenos contra los manifestantes enmascarados, quienes les arrojaron proyectiles.
La marcha de París incluyó personal del hospital, trabajadores de la electricidad, bomberos, maestros y alumnos de la escuela, así como manifestantes de chalecos y jaunes que habían participado en bloqueos en rotondas a principios de este año. Las pancartas decían: “Fuera Macron”.
