La hija estadounidense de 16 años de un marine estadounidense se contuvo las lágrimas tanto como pudo antes de que su familia se dividiera en dos.
Su madre, Alejandra Juárez, finalmente se marchaba a México, en lugar de ser enviada esposada, después de agotar todas las opciones para detener su deportación.
“Mi madre es una buena persona. Ella no es una delincuente “, dijo Pamela, maldiciendo a la agencia de inmigración antes de que su madre se registrara el viernes para su vuelo desde el aeropuerto internacional de Orlando.
Alejandra y Temo Juárez, ciudadana naturalizada que maneja un negocio de techado, criaron discretamente a Pamela y su hija de nueve años, Estela, en el pueblo de Davenport, en el centro de la Florida, hasta que una parada de tráfico en el año 2013 expuso su estado legal.
Posteriormente, se registraba regularmente con los funcionarios de Inmigración y Aduanas de los EE. UU., que generalmente perseguían objetivos de mayor prioridad, como las personas con antecedentes penales.
Temo no pensó que su voto para Donald Trump los afectaría personalmente. Eso fue antes de la aplicación de la política de “cero tolerancia” de Trump hacia la inmigración ilegal.
Ahora, la familia de Juárez se dividirá en dos: Estela se unirá a su madre en México después de que se establezca, mientras que Temo cuida a Pamela y paga las cuentas.
Alejandra, de 39 años, solicitó ser ciudadana en 2001, pero fue rechazada porque fue acusada de hacer una declaración falsa en la frontera cuando solicitó asilo en 1998, dijo el abogado Richard Maney. Dijo que le preguntaron sobre su ciudadanía y le dijo a las autoridades que había sido estudiante en Memphis, Tennessee por un corto tiempo, por lo que los funcionarios fronterizos aparentemente pensaban que ella estaba afirmando falsamente que era ciudadana estadounidense.
“Este no será el último caso como este”, dijo Maney. “Este es potencialmente el primero de muchos”. Hay muchos cónyuges militares en la misma situación “.
El congresista estadounidense Darren Soto, un demócrata de Florida, que no pudo obtener los votos en el Congreso para legislar y permitir que Juárez permanezca, calificó su situación de vergonzosa.
“No vamos a rendirnos”, le dijo con un abrazo en el aeropuerto.
Con información de The Guardian
