El matrimonio declina en China, transformando las finanzas y las familias

HONG KONG _ Liu Zhenfeng se casó a los 25 años. Siguieron las costumbres habituales de la vida familiar: una hija, un hogar, muebles, juguetes.

Esa hija, Song Zongpei, ahora de 28 años de edad, está tomando un camino diferente. Song comparte un departamento rentado en Pekín con dos compañeras y está enfocada en su carrera y sus finanzas. Ella no ve al matrimonio o la maternidad en su futuro inmediato. “En esta etapa, lo más importante para mí es el desarrollo personal”, dijo Song.

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Menos personas en China se están casando, un giro con profundas implicaciones para la vida económica y social de China. La declinación en los matrimonios significa una declinación en el número de bebés, y potencialmente menos gasto en casas, aparatos electrodomésticos y otras compras relacionadas con la familia; el tipo de gasto que China necesita para impulsar el crecimiento económico.

Algunas empresas ya están pensando en los solteros. Los fabricantes de joyería están ofreciendo chucherías más baratas a las parejas no casadas. Un fabricante de electrodomésticos están vendiendo arroceras eléctricas más pequeñas. Servicios de fertilidad extranjeros se promueven ante las mujeres chinas que quieran congelar sus óvulos _ un proceso que está prohibido para las mujeres solteras en China _ para que tengan hijos más tarde.

Pero el desplome del matrimonio _ causado en gran parte por la población en envejecimiento de China y el legado de su severa política de un solo hijo _ tiene un lado positivo. También da origen al ascenso de una población femenina educada. Especialistas en economía, demografía y sociología dicen que algunas de esas mujeres están retrasando el matrimonio para forjar su carrera profesional y establecer una base financiera, lo que resulta en una población femenina con más poder que ya no ve al matrimonio como la única vía hacia la seguridad.

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“Como son altamente educadas, tienen empleos bien pagados, pierden el incentivo financiero para casarse”, dice Zhang Xiaobo, profesor de economía en la Escuela Nacional para el Desarrollo de la Universidad de Pekín.

China continúa enfatizando el matrimonio en sus medios oficiales, rogando a las mujeres que no esperen a Don Perfecto. Pero la demografía y las costumbres sociales cambiantes hacen que ese sea un argumento poco convincente.

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El año pasado, 12 millones de parejas chinas se registraron para casarse, lo que marcó el segundo año consecutivo en que la cifra declinó. Los divorcios, que se originan por algunas de las mismas tendencias, alcanzaron los 3.8 millones el año pasado, más del doble del nivel de hace una década.

Gran parte de la declinación del matrimonio resulta de la política de un solo hijo de China. Eliminada formalmente en enero después de 35 años, la política aceleró una declinación en la tasa de nacimientos del país. Como consecuencia, las personas entre 20 y 29 años de edad _ la edad óptima para casarse _ conforman una porción declinante de la población en comparación con hace dos décadas. Y como las familias a menudo preferían a los bebés varones, China tiene un superávit de hombres, lo que complica más las perspectivas de matrimonio.

Esas tendencias ponen a prueba las ideas culturales de familia que se remontan a cientos de años. Aunque los matrimonios arreglados han desaparecido en gran medida en China, los padres siguen estando profundamente involucrados en las nupcias de sus hijos, dando seguimiento a los potenciales pretendientes y acosando a sus hijos durante las visitas por las festividades sobre sus planes de matrimonio.
la madre de Song, coincide en que su hija debería esperar a la pareja perfecta, pero aún espera que encuentre a alguien. “Quiero que tenga una vida feliz”, dijo Liu, “y pienso que es más seguro tener una familia”.

En el frente económico, el efecto pudiera tener dos filos. Los solteros generalmente compran menos casas, tienen menos hijos y compran menos juguetes y aparatos domésticos que las parejas casadas. Eso pudiera complicar los esfuerzos de China para convertir a su población tradicionalmente ahorradora en compradores estilo estadounidense, para compensar la dependencia de su economía de las exportaciones y los grandes proyectos gubernamentales.

También pudiera llevar a los consumidores chinos a guardar más dinero en el banco o bajo el colchón. Las familias de los potenciales novios en China a menudo ahorran dinero durante años para comprar una casa a la pareja antes de que se casen para darles estabilidad financiera. Las familias ahorran más, para comprar casas más grandes, si las novias son escasas, dijo Zhang, el profesor de la Universidad de Pekín.

China aún enfrenta crecientes diferencias en salarios y empleo entre hombres y mujeres, según los sondeos. Pero las mujeres conformaban más de la mitad de los estudiantes universitarios en 2014, comparado con un 46 por ciento una década antes, y representaban casi la mitad de los estudiantes de posgrado, según muestran las cifras gubernamentales.

Cheng Guping, de 30 años de edad, quien reside en Hangzhou en el este de China, trabaja en una empresa emergente y busca un doctorado en economía, es una de esas mujeres. Citó sus obligaciones profesionales y educativas como la razón de que ella y un novio reciente rompieran. “Sentí que nuestro nivel de afecto no era suficiente”, dijo. “Quiero ver cuán lejos puedo llegar sola”.

Las parejas apropiadas simplemente son difíciles de encontrar, dijo Cheng, quien describe a muchos hombres de su edad como “inmaduros o irresponsables”. Refiriéndose a otro ex novio, dijo: “Cuando queríamos hacer algo, o ir a comer, a él solo le gustaba actuar lindo y decir con una sonrisa: ‘Haremos lo que tú quieras’. Me hacía sentir como si tuviera un hijo”.

En las casas chinas, el cambio plantea preguntas sobre los lazos familiares y las responsabilidades filiales.

Por ejemplo, las parejas casadas en China tradicionalmente cuidan de los padres ancianos. Wu Jingjing, de 29 años de edad, puede ver la carga que la población en envejecimiento pudiera ser para su generación.

“Hay un grupo de personas que se sentirá muy aplastada por estar en la capa de en medio, ser el pilar de una familia mientras cría a sus hijos y atiende a sus padres”, dijo Wu, quien trabaja para una compañía de internet. “Pienso que la sensación de colapso sucederá en 10 o 20 años”.

A su madre le preocupa quién cuidará de su hija si no se casa. “Nosotros aún podemos cuidar de ella, pero no estaremos aquí para siempre”, dijo Zhai Liping, de 53 años de edad. “Esperamos que encuentre a alguien que cuide de ella, para que nosotros podamos sentirnos más tranquilos”.

Sin embargo, Wu es soltera y dijo que sigue decidida a esperar hasta que encuentre a la persona correcta.

“En los viejos tiempos, muchas personas se conocían porque las presentaban y solo querían encontrar una pareja para vivir la vida cotidiana”, dijo. “Había muy pocas personas que tenían una relación libre basada en el amor. Ahora muchas personas rechazan ese tipo de actitud antigua y quieren encontrar a la persona adecuada”.

Amie Tsang and Zhang Tiantian
© 2016 New York Times News Service