Matrimonios igualitarios El clero doblegó a Peña Nieto y al Legislativo

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Cinco meses y dos encuentros furtivos bastaron para que la jerarquía católica doblara al presidente Enrique Peña Nieto y al segundo hombre más fuerte del país, Miguel Ángel Osorio Chong, quienes, atribulados por el movimiento magisterial, la presión del empresariado y la debacle electoral, decidieron no sólo “congelar”, sino “sepultar” en el Congreso de la Unión la iniciativa de matrimonios igualitarios.

La lógica fue no abrir más frentes y pactar. Y aunque el andamiaje legislativo ya estaba en curso para avalar la iniciativa presentada el 17 de mayo por el presidente Enrique Peña Nieto ante la comunidad lésbico, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero e intersexual (LGBTTTI), el PRI operó en la Cámara de Diputados para evitar la votación en el pleno.

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En el camino cometió errores que evidencian sometimiento del Poder Legislativo al Ejecutivo, sostienen diputados federales del PRD y del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena); incluso muestran documentos según los cuales las “opiniones a favor” se modificaron cuatro días más tarde a “opiniones en contra” para enterrar la iniciativa presidencial.

El especialista en temas eclesiásticos Bernardo Barranco habla del “acuerdo” entre Peña Nieto y Osorio Chong con la jerarquía católica para congelar en San Lázaro la propuesta que legitima el matrimonio igualitario en el ámbito federal.

Pero ante la falta de confianza en el gobierno federal y para evitar una traición de éste, la jerarquía católica se reunió en una segunda ocasión con autoridades federales –el encuentro se efectuó el 27 de septiembre con Osorio Chong–. Su demanda fue no sólo que se congelara la iniciativa, sino tener la certeza de que no habría “un albazo” en la Cámara de Diputados, según revelan las tarjetas informativas del alto clero consultadas por Proceso.

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De ahí que el PRI, poco antes de iniciar el periodo ordinario de sesiones septiembre-diciembre, se refiriera a la iniciativa presidencial como un tema no prioritario, y en un segundo momento, el 4 de noviembre, sacara inopinadamente del cajón de la “congeladora” el documento para votar en contra cinco días después en la Comisión de Puntos Constitucionales. Con ello el partido de Peña Nieto evitó que la discusión llegara al Pleno de San Lázaro.

El pacto

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El 16 de mayo último diversas agrupaciones de la comunidad LGBTTTI recibieron llamadas del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) para invitarlos a Los Pinos a un encuentro privado con el presidente Peña Nieto el siguiente día. Al llegar a la residencia oficial, los convocados se percataron de que era un evento público y se sorprendieron por la presentación de la iniciativa de su anfitrión, que legitima los matrimonios igualitarios (Proceso 2082).

Sin embargo, el mismo 17 de mayo la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un comunicado para decir que “es prioritario evitar toda discriminación” y “la gran variedad de situaciones familiares que pueden brindar cierta estabilidad”. Y también marcó límites: “Las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo no pueden equiparase sin más al matrimonio”.

Antes de las elecciones locales del 5 de junio, los obispos de Veracruz emitieron un mensaje a sus feligreses en el que sostienen: “La sociedad requiere de gobernantes y legisladores que se comprometan seriamente para proteger la vida de todo ser humano desde su concepción hasta su muerte natural, que se defiendan y garanticen los derechos humanos en el amplio abanico de las etapas de la vida…”

El PRI perdió Veracruz y Aguascalientes, por lo que impugnó los resultados ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, alegando intromisión del clero en el proceso. Finalmente, la autoridad electoral desechó la impugnación y ratificó el triunfo del PAN en ambas entidades.

Francisco Labastida, excandidato presidencial y exsecretario de Gobernación, dijo en entrevista con Radio Fórmula que la citada iniciativa fue “causa principal” de la derrota de su partido y culpó directamente al secretario Osorio Chong.

Bernardo Barranco considera que esa derrota fue una de las motivaciones de Peña Nieto para dar marcha atrás en su iniciativa.

“Cuando la anunció –dice a Proceso–, Peña no imaginó la oposición que iba a levantar ni midió el disgusto en la jerarquía católica. Incluso el vocero de la Arquidiócesis de México, el padre Hugo Valdemar, calificó a Peña de ‘alta traición’, de no acatar el acuerdo que había con la Iglesia católica sobre todo después de la visita del Papa Francisco.

“Luego la jerarquía católica hace alianza con grupos del Yunque y la ultraderecha –ellos son los que manejan el Frente Nacional por la Familia–, y el gobierno de Peña, tras el revés electoral, pactó con la jerarquía, comprometiéndose a que la iniciativa se va a congelar.”

El gobierno de Peña Nieto no quiere abrir más frentes en su contra, insiste Barranco. “El presidente estaba muy atribulado. Tenía en contra a los empresarios, tensiones con los maestros, por lo que entre junio y julio pactó con la Iglesia. Le dijo que no prosperarán los matrimonios igualitarios”.

Del aval del PRI 
a la negativa en “fast track”

En San Lázaro los diputados de Morena y el PRD habían hecho suya la iniciativa, pero el PRI y sus aliados del PAN, PES, Panal y PVEM maniobraron para desterrar el debate. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se reunió con los jerarcas católicos para hacer lo propio.

Según las tarjetas informativas del clero, el 27 de septiembre Osorio Chong y el subsecretario para Asuntos Religiosos, Humberto Roque Villanueva, se reunieron para abordar tres asuntos: los matrimonios igualitarios, la llegada del nuevo nuncio apostólico y la inseguridad.

En ese encuentro los religiosos manifestaron su temor de un albazo en la Cámara de Diputados y en el Senado, por lo que exigieron a su interlocutor que se votara en contra de la iniciativa presidencial.
Y el PRI comenzó a actuar.

El pasado miércoles 9 la Comisión de Puntos Constitucionales que encabeza el perredista Guadalupe Acosta Naranjo emitió un dictamen favorable a la iniciativa. Sin embargo, el PRI y sus aliados del PAN, PES, Panal y PVEM lo echaron abajo por 19 votos contra seis.

El perredista Omar Ortega, integrante de dicha comisión, comentó que se trató de una imposición del PRI. “Fue la línea que les impusieron”. Para corroborar la votación, el propio coordinador, sin ser parte de la comisión, asistió a ella.

En la reunión con representantes de la jerarquía católica, Osorio Chong les advirtió: la iniciativa “debe ser votada”, pues la maquinaria legislativa no podía omitirla. No obstante, el PRI encontró una salida: frenarla en comisiones, votando en contra. Eso evitó que llegara al pleno. Y quedó sepultada, como pedía el clero.