Meta, la empresa cómplice del fraude

Juan arturo Salinas

Con tan solo 10 personas que hayan mordido el anzuelo, los delincuentes cibernéticos ya se embolsaron al menos 200 mil pesos

Mediante la mal llamada inteligencia artificial, que de inteligencia no tiene nada y sí tiene todo de artificial, redes de delincuentes en complicidad con las redes sociales han generado unos y difundido las otras, videos apócrifos en que figuras reconocidas llaman a invertir a los mexicanos en plataformas digitales.

Seguramente ocurrirá lo mismo en otros países pero por lo que toda a México que es el que nos interesa, estos fraudes buscan tomar a la población desprevenida, para depositar en supuestos fondos de inversión cantidades que van de los 5 mil hasta los 20 mil pesos, cantidades que sin ser excesivas pueden estar al alcance de una persona que caiga en estas trampas cibernéticas.

Sin ninguna verificación, las empresas de Mark Zuckerberg difunden publicidad engañosa soportada en videos donde vemos a la presidente Claudia Sheinbaum llama a los mexicanos a inyectar sus ahorros en un modelo de inversión, simulando su imagen y su voz con computadoras y programas de avanzada tecnología.

Con tan solo 10 personas que hayan mordido el anzuelo, los delincuentes cibernéticos ya se embolsaron al menos 200 mil pesos y de ahí preparan la siguiente trampa.

Pese a los reportes sobre estos anuncios apócrifos que difunden las redes de la compañía Meta, tanto Facebook como Instagram se han negado a eliminar dichos anuncios, con lo que se convierten en cómplices pues su falsedad es más que evidente.

En sus respuestas, la empresa Meta asienta que revisa los reclamos y denuncias mediante tecnología así como con la participación de personas, por lo que no puede alegar ignorancia ni desconocimiento.

Claro que para estas redes sociales es conveniente recibir los dineros que estos defraudadores les pagan, y lavarse las manos a la hora de los reclamos. Más aún, Facebook castiga a medios de comunicación formales y establecidos al difundir información que califica como violatoria a sus normas comunitarias.

Por eso, la próxima vez que lea una información o vea un anuncio en Facebook, piénselo más de tres veces antes de creerle a una empresa que se esconde en el anonimato de las redes sociales y que lo único que busca es ir tras su dinero y tras su información personal, la cual le sirve para compartirla con sus anunciantes. En este caso, usted es la mercancía en venta.