El movimiento #MeTooEscritoresMexicanos ha llegado a las industrias creativas y mediáticas de México cuando cientos de periodistas, académicas, escritores y cineastas recurrieron a las redes sociales para compartir incidentes de acoso y abuso sexual.
La ola mexicana del movimiento estalló el sábado cuando las escritoras se lanzaron a la red social Twitter para compartir incidentes de acoso sexual, ataques físicos y acoso psicológico en los lugares de trabajo, como salas de redacción, editoriales, ferias literarias y debates. Unos pocos nombres nombrados, incluyendo personajes literarios conocidos como poetas, escritores y editores.
La divulgación de casos desgarradores motivó a los miembros del gremio literario, incluida la escritora Brenda Lozano, a invitar a las víctimas a presentar testimonios personales en privado utilizando el hashtag #MeTooEscritoresMexicanos.
El derramamiento pronto se extendió a las profesiones aliadas y para el martes cientos de reporteros, fotógrafos, fotógrafas e investigadores universitarios habían compartido incidentes de acoso sexual y abuso perpetrados por colegas y jefes usando hashtags como #MeTooCine, #MeTooAcademicosMexicanos, #YoTeCreo.
Según la ONU, la violencia de género es generalizada y extrema en México, con nueve mujeres asesinadas cada día y una de cada cinco víctimas de violencia sexual.
El acoso sexual en lugares públicos también es generalizado, lo que en la capital de la Ciudad de México ha dado lugar a autobuses y vagones de tren solo para mujeres, pero no políticas públicas adecuadas para enfrentar el peligroso machismo que impregna todas las esferas de la vida diaria de mujeres y niñas.
Esta realidad se refleja y perpetúa en los medios de comunicación mexicanos, donde el 73% de las trabajadoras han sufrido acoso sexual, según una encuesta reciente de casi 400 reporteros, editores, diseñadores, fotógrafos, ilustradores y administradores que trabajaron actualmente o anteriormente en los medios de comunicación.
Los comentarios impropios y sugerentes sobre su vestimenta y su apariencia, así como el contacto físico inapropiado, fueron algunos de los incidentes más comunes que se observaron en la encuesta en línea encargada por el colectivo de Periodistas Unidas Mexicanas (Periodistas Unidas Mexicanas o PUM), recientemente lanzado.
La mitad de las mujeres encuestadas dijeron que fueron acosadas por su jefe directo y el 43% por las fuentes con las que estaban trabajando en una historia. El acoso afectó negativamente su desempeño profesional, según el 60% de los encuestados.
Las características distintivas del sistema de justicia de México, la falta de información y la impunidad, también se reflejan en la sala de redacción, donde solo uno de cada cinco trabajadores de los medios de comunicación presentó quejas oficiales sobre el acoso, y los que lo hicieron fueron abrumadoramente decepcionados por la respuesta de su empleador.
Con información de The Guardian
