La semana pasada, Microsoft accedió a la presión de un grupo de inversores que aboga por políticas de “derecho a reparación” que, si se adoptan ampliamente, facilitarían la reparación independiente de muchos dispositivos tecnológicos al hacer que cosas como repuestos y documentación de reparación sean más accesibles.
Aunque es demasiado pronto para decir cuál será el impacto final de los primeros pasos de Microsoft, la medida es digna de mención por representar la primera vez que una importante empresa de tecnología reconoce el movimiento del derecho a reparar de esta manera.
A pesar de su compromiso declarado públicamente de convertirse en “carbono negativo” para 2030, Microsoft inicialmente se resistió a las demandas del grupo de políticas de derecho a reparación.
La compañía comenzó a cambiar su postura corporativa después de que la resolución de los accionistas atrajera la atención de los medios en junio.
Microsoft ahora acordó contratar a un tercero para investigar los impactos de permitir que los clientes reparen sus propios dispositivos. Estos investigadores también determinarán nuevas formas de permitir la reparación de dispositivos Xbox y Surface.
La compañía también acordó aumentar el acceso público a la documentación de reparación y las piezas, poniéndolas a disposición más allá de su red oficial autorizada.
Microsoft debe publicar sus hallazgos para mayo de 2022 y acordó aumentar el acceso a los materiales relacionados con las reparaciones para fines de 2022.
Con información de Kotaku
