Doce neoyorquinos han sido elegidos para formar parte del jurado que decidirá el destino del acusado jefe del cartel mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, cuyo juicio por cargos de narcotráfico en Estados Unidos comenzará la próxima semana.
Pero el juez de distrito Brian Cogan dejó a Guzmán esperando una decisión sobre si se le permitiría o no abrazar a su esposa por primera vez en casi dos años.
Guzmán, de 61 años, se declaró inocente de los cargos de supervisión del cartel de la droga de Sinaloa mientras dirigía cargamentos masivos de drogas, como heroína, cocaína, marihuana y metanfetamina, a los Estados Unidos. Si es declarado culpable, se enfrenta a cadena perpetua.
El juicio ha impulsado medidas de seguridad que incluyen mantener al jurado en el anonimato. Guzmán también ha estado recluido en régimen de aislamiento y se le ha prohibido ver a su esposa por preocupaciones de que podría pasar mensajes a sus cohortes.
A principios de esta semana, un abogado defensor le pidió al juez Cogan que concediera un “gesto humanitario” para dejar que Guzmán saludara a su esposa, la ex reina de belleza Emma Coronel, en la sala de audiencias antes de que ingrese el jurado.
Permitir que “un abrazo con la barandilla entre ellos no suponga una amenaza para la seguridad”, se lee. El juez no se pronunció de inmediato sobre la solicitud.
El jurado fue designado después de dos días y medio de entrevistas por parte de Cogan y abogados para la fiscalía y la defensa.
La corte del distrito este de Nueva York fue patrullada por guardias armados con perros rastreadores, y se erigió un detector de metales especial en la entrada de la sala de audiencias 8D, donde las declaraciones de apertura comenzarán el 13 de noviembre.
Se les preguntó a los posibles jurados si sabían quién era Guzmán, si lo habían buscado en Internet o habían visto la amplia cobertura del hombre en los dramas de televisión de serie y de su caso.
Todos ellos habían oído hablar de Guzmán a excepción de una mujer de Etiopía que dijo que no tenía “ninguna pista” sobre él.
Los jurados propuestos fueron entrevistados de forma anónima, y los seleccionados permanecerán en esa forma y serán secuestrados durante la duración del juicio, que se espera que dure varios meses.
Serán transportados hacia y desde la corte todos los días de la semana por agentes armados estadounidenses.
Con información de The Guardian
