Miles de personas impacientes por votar en EU no se convertirán en ciudadanos a tiempo

Permanecieron despiertos hasta tarde estudiando para pruebas de civismo. Asistieron a clases, pagaron onerosas tarifas y se sometieron a revisiones de antecedentes.

Durante el año pasado, casi 1 millón de inmigrantes legales presentaron solicitudes para convertirse en ciudadanos estadounidenses, muchos de ellos con la esperanza de rendir el juramento de ciudadanía a tiempo para depositar sus primeros votos el 8 de noviembre, en una contienda presidencial en la que la inmigración se ha debatido ferozmente.

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Pero, a medida que el número de aspirantes a ciudadanos creció este año, se inflamó la carga acumulada en la dependencia federal que aprueba naturalizaciones. Ahora que la dependencia informa que se requieren hasta siete meses para completar el proceso, funcionarios de la administración Obama están reconociendo a regañadientes que muchos -quizá la mayoría – de los inmigrantes en dicha carga no se convertirán en ciudadanos estadounidenses a tiempo para votar.

“He estado revisando mi correo electrónico cada día, pero no he oído nada”, dijo Francisca Fiero, de 73 años de edad, inmigrante mexicana en Las Vegas. “Estoy empezando a preocuparme mucho”.

Fiero, quien ha tenido un carné verde durante una década, presentó su solicitud en enero y dio sus huellas digitales en junio. Desde entonces, nada. El plazo para el registro de votantes se cumple el 18 de octubre.

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Durante el último año casi 940,000 inmigrantes legales presentaron solicitudes para convertirse en ciudadanos, aumento de 23 por ciento respecto del año previo. Hasta el 30 de junio, más de 520,00 solicitudes estaban esperando revisión, acumulación que aumentó de manera constante desde el año pasado.

Oficiales de inmigración “anticiparon que habría un aumento en las solicitudes este año, pero el aumento ha superado las expectativas”, dijo Jeffrey T. Carter, uno de los portavoces de Servicios de Ciudadanía Estadounidense e Inmigración, la dependencia a cargo de las naturalizaciones.

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Las cifras oficiales que revelan la carga acumulada, publicadas a finales de septiembre, llegaron como un duro impacto para grupos inmigrantes que lanzaron un impulso a lo largo de Estados Unidos al comienzo de este año para ayudarles a inmigrantes elegibles a naturalizarse. Algunos de los mayores aumentos en las solicitudes se dieron en los estados donde se librarán las mayores batallas y donde ellos habían centrado sus esfuerzos, incluyendo un aumento de 30 por ciento respecto del año anterior en Colorado, un aumento de 40 por ciento en Florida y un aumento de 53 por ciento en Nevada.

“La dependencia ha desarrollado un agudo caso de lentitud, y no podría ser en un momento más crítico”, dijo Tara Raghuveer, subdirectora de la Sociedad Nacional para Nuevos Estadounidenses, coalición de 37 grupos que ofreció talleres de ciudadanía a lo largo del país. Los grupos se lanzaron a presentar solicitudes antes del 1 de mayo, dijo, luego que la dependencia de inmigración les informara originalmente que el proceso requeriría de cuatro a seis meses.

Este año, el impulso por la naturalización por primera vez también tuvo respaldo de alto perfil proveniente de la Casa Blanca, la cual patrocinó campañas de anuncios, dio 10 millones de dólares a grupos comunitarios e hizo correcciones para facilitar la presentación de solicitudes. Sin embargo, algunos oficiales dijeron que la Casa Blanca no estaba supervisando los resultados para confirmar que la dependencia de inmigración estuviera completando naturalizaciones de manera oportuna.

En la contienda presidencial entre Hillary Clinton y Donald Trump, el voto inmigrante pudiera ser decisivo, particularmente en estados con grandes números de inmigrantes hispanos.

Las cargas acumuladas en naturalización son una mala noticia para Clinton porque las encuestas en esos estados muestran a los latinos favoreciéndola por encima de Trump, por enormes márgenes. En Florida, por ejemplo, más de 66,000 nuevos votantes en potencia que están atascados en dicha acumulación pudieran ser suficientes para afectar el resultado de una contienda que, muestran encuestas, es un empate virtual.

Las solicitudes de ciudadanía por lo general registran un aumento durante ciclos de elecciones presidenciales. En 21007 y 2008, más de 1.4 millones de inmigrantes se convirtieron en ciudadanos, movidos por una combinación de un próximo aumento a las tarifas y la histórica candidatura de Barack Obama.

Este año, grupos inmigrantes fijaron un objetivo de 1 millón de naturalizaciones, y los números de las solicitudes iban en camino a alcanzarlo. En mayo, la administración Obama anunció aumento de tarifas para más adelante en este año, lo cual habría impulsado a algunos que llegaron tarde a presentar solicitudes. Entonces surgió la acumulación.

Muchos inmigrantes decidieron convertirse en ciudadanos porque simplemente querían votar, sin sentirse atraídos hacia alguno de los candidatos en particular.

“Quiero incluir mi voz para ser oído justamente como todos los demás”, dijo Geraldine Rolle, inmigrante de 65 años de edad proveniente de Bahamas, quien ha sido residente legal desde 1991 y ahora vive en Fort Lauderdale, Florida. Ella trabajó durante años como supervisora de ama de llaves en hoteles de Miami.

Presentó su solicitud en febrero. Después de que le tomaran su fotografía en abril, ella ya no supo más. “Me siguen diciendo que debes ser ciudadano para votar, y ahora no parece que vaya a conseguirlo antes de las elecciones”, dijo Rolle con tristeza.

Fiero, en Las Vegas, ha tenido momentos duros. Ella llegó a Estados Unidos como residentes legal y siempre ha mantenido actualizado su carné verde. Empleada de cafetería en una escuela primaria, presentó su solicitud para naturalizarse en enero. Pero, la dependencia rechazó su solicitud por considerarla incompleta.

Cuando se informó de muchos rechazos similares en Nevada, la Unión de Trabajadores Culinarios, que ayudó a Fiero y muchos otros a presentar solicitudes, apeló al senador Harry Reid. Oficiales de inmigración reconocieron ante Reid que las solicitudes habían sido negadas por error. A Fiero se le permitió presentarla de nuevo un mes más tarde.

Al igual que muchos inmigrantes hispanos, Fiero dijo sentirse impaciente por votar porque no le gusta Trump y es seguidora de Clinton. “Ella parece la persona indicada para ayudarle a familias pobres a obtener mejores casas”, dijo Fiero.

Funcionarios en la dependencia de ciudadanía dijeron que habían cambiado a empleados a oficinas donde la carga de trabajo había crecido y autorizado tiempo extra para muchas oficinas. Pero Carter, el portavoz, dijo que la dependencia a lo largo del país “aún estaba dentro de nuestros tiempos normales de procesamiento”.

Mensajes internos de correo electrónico de la oficina en Houston de la dependencia de inmigración, que fueron filtrados hace poco por líderes republicanos en el Senado, muestran que ésta estaba trabajando para incrementar el paso. Un mensaje del 21 de julio exhortó a empleados a que terminaran tantas naturalizaciones como fuera posible antes del 1 de octubre, “debido necesidades del año electoral”. La oficina de Houston abrió dos sábados ese mes para intentar resolver la carga acumulada.

Pero en Nueva York, grupos por la ciudadanía han oído de ansiosos inmigrantes que han esperado hasta un año sin resolución a la vista. En Nashville, funcionarios del ayuntamiento tuvieron que cancelar una ceremonia de juramento de lealtad planeada para efectuarse este fin de semana, durante un festival. El juez programado para conducirla informó que ni un solo inmigrante estaba listo. Oficiales de inmigración dijeron que otras demandas sobre el tiempo de empleados de la dependencia se habían interpuesto.

La dependencia también está enfrentando presión para que baje el paso. En una carta de la semana pasada, los senadores republicanos Charles Grassley, de Iowa, y Ron Johnson, de Wisconsin, citaron un caso reciente en el cual más de 800 que habían recibido órdenes para su deportación recibieron la ciudadanía debido a lapsos en el proceso de aprobación de la dependencia.

En vez de acelerar la dependencia “debería más bien estar aplicando los frenos”, escribieron los senadores.

Pero en la Unión de Trabajadores Culinarios en Las Vegas, los inmigrantes están furiosos. “Es en verdad indignante que la gente puede hacer todo correctamente y aún así se les niegue un importante derecho como ciudadano”, dijo Yvanna Cancela, funcionaria de la unión.