Las mujeres pueden juzgar las actitudes de un hombre hacia el sexo casual al observar la estructura de su rostro, pero no ocurre lo mismo con los hombres que miran a las mujeres, según un nuevo estudio.
La investigación tiene algunas limitaciones importantes a considerar, pero los autores del estudio argumentan que su trabajo muestra un ejemplo interesante de cómo la estructura facial y las apariencias pueden actuar como una “señal válida” para la sociosexualidad.
Como se informó en la revista Evolution and Human Behavior, dos investigadores de la Universidad Macquarie en Australia reunieron a 123 jóvenes y les pidieron que llenaran un cuestionario sobre sus actitudes hacia las relaciones sexuales, después de lo cual fueron fotografiados.
A continuación, pidieron a 65 voluntarios que miraran la fotografía de los encuestados y les pidieron que adivinaran su disposición a entablar una relación sexual casual. Según sus hallazgos, las mujeres pudieron adivinar con alta precisión a los hombres que estaban más abiertos al sexo casual. Sin embargo, los hombres no pudieron adivinar con precisión las orientaciones sociosexuales de las mujeres.
“Esto nos sorprendió”, dijo en un comunicado Ian D. Stephen, autor del estudio y profesor asociado de psicología en la Universidad Macquarie. “La capacidad de hacer estos juicios también sería realmente útil para los hombres que están tratando de juzgar quién podría estar interesado en relaciones no comprometidas a corto plazo y quién podría estar más interesado en algo a más largo plazo y más serio”.
Para afirmar este descubrimiento, a los participantes también se les presentaron compuestos de rostros de personas con sociosexualidad más irrestricta, así como compuestos de rostros de individuos con sociosexualidad más restringida. Se pidió a los participantes que adivinaran su actitud hacia el sexo casual y, una vez más, pudieron adivinar la sociosexualidad más irrestricta masculina, pero no femenina.
Los investigadores también encontraron que los hombres que estaban abiertos al sexo casual estaban estrechamente asociados con rasgos faciales particulares, a saber, caras más largas, frentes más altas, narices más largas y ojos más grandes. La razón detrás de este vínculo no es segura, pero los investigadores especulan que podría tener algo que ver con los niveles de testosterona.
“Creemos que esto apunta a un papel de la testosterona”, explicó Joe Antar, coautor del estudio de la Universidad Macquarie.
“Los niveles más altos de testosterona están asociados con rasgos faciales de aspecto más masculino y con un comportamiento más típico de los hombres, como el interés en las relaciones no comprometidas a corto plazo. Dado que la testosterona juega un papel mucho menor en el desarrollo femenino, esto también explicaría por qué la información sobre la intención de la relación no parece estar presente en los rostros de las mujeres “, continuó Antar.
“Pero necesitamos hacer más investigaciones para estar seguros”, agregó.
Como se mencionó, hay algunas advertencias más a considerar. En primer lugar, el tamaño de la muestra era pequeño (alrededor de 100 personas) y todos los participantes eran blancos y presumiblemente heterosexuales, lo que no es representativo de la población en general.
Con información de IFL Science
