Un hombre abrió fuego en una catedral en el sur de Brasil después de misa el martes, mató a cuatro y dejó a otros cuatro heridos antes de apuntarse con un arma, dijeron las autoridades.
El incidente ocurrió en la Catedral Metropolitana de Campinas, una ciudad a unos 100 km al norte de São Paulo.
La policía identificó al tirador como Euler Fernando Gandolfo, de 49 años, un analista de sistemas sin antecedentes penales.
Gandolfo entró en la catedral y se sentó principalmente entre los fieles mayores que se quedaron a orar después de la misa del mediodía. “De repente vi a un hombre levantarse, tomar posición frente a una pareja y dispararles a quemarropa. Salí rápido y él continuó disparando, muchos tiros “, dijo Pedro Rodrigues, un jubilado de 66 años.
“Fue espantoso”, dijo otro testigo, Alexandre Moraes, en el canal de GloboNews. “Le disparó al azar a la gente. Todos estaban rezando “.
El jefe de la policía de Campinas, José Henrique Ventura, dijo que las cámaras de seguridad mostraron a Gandolfo entrar a la catedral y sentarse. Un poco más tarde comenzó a dispararle a la gente.
La policía en la plaza de afuera entró corriendo cuando escucharon los disparos, Ventura dijo en una conferencia de prensa.
El pistolero corrió hacia el altar mientras disparaba a la policía y fue golpeado en un costado. Se cayó al suelo y se disparó en la cabeza, dijo Ventura. A Gandolfo le quedaban dos cañones con 28 disparos restantes cuando murió.
Cuatro heridos fueron trasladados a hospitales locales pero estaban fuera de peligro.
La policía no ha establecido un motivo.
Mientras que Brasil es líder mundial en homicidios anuales totales, los tiroteos en masa son relativamente raros.
El aumento de la violencia armada ayudó al político de extrema derecha Jair Bolsonaro a ganar las elecciones presidenciales de octubre, y prometió acabar con la corrupción, las pandillas de la droga y el crimen en las calles de las ciudades brasileñas.
Bolsonaro, que asume el cargo el 1 de enero, planea aliviar las leyes de armas para permitir que los brasileños se armen contra los criminales, una política que según sus críticos solo aumentará la tasa de homicidios.
