Muchos empresarios de EU ven a Trump como amigo poderoso

El presidente electo Donald Trump aprovechó toda oportunidad de criticar o amenazar a toda compañía individual que se le atravesó en el camino, pero la mayoría de los empresarios de Estados Unidos no ven a Trump como un adversario, sino como un amigo poderoso.

A pesar de su actitud de intimidar a algunas empresas, varias se han visto animadas por las promesas del magnate de los bienes raíces de reducir los impuestos y relajar las reglas del presidente Barack Obama, que buscaron proteger a los trabajadores, el medio ambiente y el sistema financiero. También han reaccionado con optimismo a los anuncios de sus nominaciones para el Departamento del Trabajo y la Agencia de Protección del Medio Ambiente.

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La perspectiva de una economía más fuerte y más ganancias es ahora tan atractiva que la mayoría de las empresas -y los mercados bursátiles- están minimizando las incertidumbres que surgieron tras la victoria presidencial de Trump el mes pasado.

El promedio industrial Dow Jones se disparó un 8% a un máximo récord desde el día de las elecciones por las expectativas de crecimiento económico más rápido.
Muchos fabricantes afectados durante años por una contracción en la demanda de sus mercancías, dicen que consideran que Trump es más amigable a sus intereses que el presidente Barack Obama.

“Cuando él utiliza el teléfono, lo hace para decir a los fabricantes que los apoya y quiere que creen empleos en Estados Unidos”, dijo Jay Timmons, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes Industriales.

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“Esa postura dista de la que escuchamos en el gobierno actual”, agregó.El gobierno de Obama acudió al rescate financiero de General Motors y Chrysler y detuvo la caída libre de los despidos en las fábricas.

Pero también emitió diversas normas ambientales y laborales diseñadas para limitar los daños derivados del cambio climático y aumentar los ingresos de los trabajadores.

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Diversos grupos impulsados por las empresas arguyen que las normativas de ese tipo han sido contradictorias porque han aumentado los costos y deprimido las contrataciones.

La asociación de fabricantes industriales fue anfitriona de una reunión efectuada el jueves con el vicepresidente electo Mike Pence y se entrevistó el viernes con miembros del equipo de transición de Trump.

Aunque Trump ha amenazado con aplicarle un arancel de 35% a aquellas compañías que muden trabajos fabriles al extranjero para traer mercancías a Estados Unidos, Timmons no cree que eso sea una prioridad del presidente electo.

“El primer imperativo es corregir los problemas que nos han hecho no competitivos”, dijo Timmons al término de la reunión con Pence.Las organizaciones que representan a los pequeños negocios, como franquicias de tiendas y restaurantes, también han manifestado optimismo.”Estamos increíblemente ilusionados”, dijo Matt Haller, portavoz de la Asociación Internacional de Franquicias.

“Pasamos de un ambiente con incertidumbre y sin ninguna esperanza real a un ambiente con cierta incertidumbre pero mucha oportunidad”, apuntó.Trump, quien es hombre de negocios, al parecer disfruta las conversaciones con líderes empresariales. Durante un discurso que pronunció el jueves en Des Moines, Iowa, el magnate hizo un recuento de las conversaciones telefónicas que ha tenido con altos executivos.

“La verdad me encanta llamar a estas compañías”, dijo Trump. Al parecer diversos ejecutivos de Silicon Valley se reunirán personalmente con Trump esta semana.
El Wall Street Journal informó el sábado que muchos ejecutivos de empresas tecnológicas tienen previsto reunirse con Trump en Nueva York, como Tim Cook, director general de Apple Inc., y Larry Page, director general de Alphabet Inc., la compañía matriz de Google.

Se desconoce cuál sería la agenda, pero un tema de primer orden para Trump ha sido censurar a las compañías que han trasladado puestos de trabajo de Estados Unidos a otros países.Trump ha dicho que le gustaría que Apple abriera su mayor fábrica en Estados Unidos.