“Por el momento no nos es posible garantizar la seguridad para un evento de esta naturaleza” fueron las que obtuvo por respuesta el organizador
Bajo el argumento de que un evento que reuniría a los más destacados empresarios de Tijuana significaba un gran riesgo, funcionarios de alguna dependencia pidieron al organizador “posponer” -una forma diplomática de decir cancelar-, dicha ceremonia.
Se trataba de una reunión -con claros fines comerciales para el organizador-, que reuniría en algún punto como el Centro de Convenciones de Rosarito, a lo más granado de los hombres y mujeres de negocios, así como figuras de la política.
Usted ponga los apellidos, para no dejar fuera de la lista a ninguna de las familias que ha invertido en nuestra frontera y cuyos nombres podemos recitarlos sin grandes esfuerzos pues
Sin embargo las primeras gestiones para la realización de dicha cena o premiación de gala, se toparon con pared.
“Por el momento no nos es posible garantizar la seguridad para un evento de esta naturaleza” fueron, palabras más palabras menos, las que obtuvo por respuesta el organizador, que tuvo que guardarse en el bolsillo la calculadora con la que hacía sumas y multiplicaciones de la inversión pero sobre todo de las ganancias.
Y es que imaginar la concentración de al menos un medio centenar de personalidades del mundo de la política pero sobre todo de los negocios, haría palidecer a cualquier jefe policiaco.
Con todo y la presencia de las fuerzas de seguridad, incluido el Ejército mexicano algunos de cuyos elementos serían llamados a entonar el himno nacional; con todo y la Guardia de Seguridad y hasta los escoltas de cada uno de los invitados de lujo, una reunión de esta naturaleza sería un buffett para los secuestradores.
Con una sola presa, la actividad habría valido la pena para el crimen organizado.
Estamos hablando de un evento que no se llevó a cabo durante el verano del 2024, alrededor de las fechas de electorales de este año que recién concluye.
Es decir, las autoridades le midieron el agua a los camotes, como refiere un proverbio muy mexicano, y concluyeron que el horno no estaba para bollos.
Si bien los secuestros reportados en Tijuana durante el año de referencia fueron 10, según el informe de la Secretaría de Seguridad Pública de Baja California en su reporte de incidencia delictiva, nadie quiso tentar la suerte.
Además, debemos considerar que a la entrega de un reconocimiento o premiación como el hombre o la mujer de negocios del año, otorgados a un medio centenar de inversionistas, hay que sumar la obligada presencia de familiares, cónyuges, hijos, yernos o nueras y hasta nietos. A un promedio de cinco invitados por cada galardonado, la cena o convivio se convertía en una pesadilla logística en materia de seguridad.
Por eso, Baja California decidió “posponer” hasta nuevo aviso, el cual quizás nunca llegue, una actividad de ese calibre.
En pocas palabras no puede reunir bajo un solo techo muchos millones juntos.
