Un niño guatemalteco de ocho años murió bajo la custodia del gobierno de los EEUU el día de Navidad, dijeron las autoridades de inmigración, lo que marcó la segunda muerte de un niño inmigrante este mes después de haber sido detenido en la frontera entre México y Estados Unidos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) dijo en un comunicado de prensa que el niño murió en el hospital poco después de la medianoche del martes.
El niño mostró “signos de enfermedad potencial” el lunes y fue llevado con su padre al centro médico regional Gerald Champion en Alamogordo, Nuevo México, dijo la agencia. El personal del hospital diagnosticó al niño “con un resfriado común y, cuando se evaluó su liberación, el personal del hospital encontró fiebre”, agrega el comunicado.
El personal del hospital retuvo al niño por 90 minutos adicionales, antes de liberarlo por la tarde con recetas de amoxicilina e ibuprofeno. Más tarde, esa misma noche, según el comunicado de la agencia, después de sufrir náuseas y vómitos, el niño fue readmitido en el hospital, donde murió a primeras horas de la mañana del martes.
La agencia dijo que la causa de la muerte del niño no se ha determinado y que ha notificado al inspector general del Departamento de Seguridad Nacional y al gobierno de Guatemala. El hospital del Centro Médico Regional Gerald Champion declinó hacer comentarios, citando las regulaciones de privacidad.
CBP prometió “una revisión independiente y exhaustiva de las circunstancias”.
Jakelin Caal, una niña guatemalteca de siete años, murió el 8 de diciembre, menos de dos días después de ser arrestada por agentes fronterizos. El cuerpo de la niña fue devuelto a la aldea remota de su familia el lunes.
El relator especial de la ONU, que actúa como un guardián global para el tratamiento de los migrantes, le dijo al Guardian que exigiría una investigación especial sobre la muerte de Caal.
