El Estado Islámico confirmó la muerte de su líder Abu Bakr al-Baghdadi y nombró a Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi como su reemplazo.
Baghdadi y el portavoz de la organización terrorista, Abu Hassan al-Muhajir, fueron asesinados en operaciones estadounidenses en el norte de Siria el fin de semana.
El brazo de medios del grupo, Amaq, hizo los anuncios en una grabación de audio lanzada el jueves.
Las noticias del sucesor de Baghdadi habían sido ampliamente esperadas entre las filas de la organización terrorista luego de la redada del fin de semana que rastreó a Baghdadi hasta un rincón remoto del norte de Siria después de una cacería que abarcó más de media década.
Poco se sabe sobre al-Hashimi, aunque su apellido (al-Qurayshi) sugiere que él, al igual que Baghdadi, reclama un linaje al profeta Mahoma, una posición que ofreció legitimidad en algunos sectores.
La grabación no ofrece información sobre el nuevo líder, cuyo nombre no figuraba entre los debatidos en los días posteriores a la redada estadounidense. Hace un llamamiento a los partidarios para que sigan las directivas de Bagdadi y amenaza a los países occidentales.
“América, ¿no te das cuenta de que el Estado Islámico está ahora a la vanguardia de Europa y África Occidental? Se extiende de Oriente a Occidente ”, dice.
“¿No ves que te has convertido en un hazmerreír para el mundo? Tu destino está controlado por un viejo tonto que se duerme con una opinión y se despierta con otra. No celebres ni seas arrogante “.
La muerte de Baghdadi en el norte de Siria, muy lejos de donde todo comenzó para el Estado Islámico y sus precursores en los desiertos de Irak, fue el último de una serie de golpes para el grupo. Se le ha despojado de toda la tierra que alguna vez tuvo y ha perdido a casi todos sus líderes fundadores después de más de cinco años de guerra.
La dirección de la organización ahora depende en gran medida de una nueva generación de líderes, que deben determinar si deben perseguir los objetivos establecidos por Baghdadi o establecer un nuevo rumbo. Un aspecto central del debate es si continuar con la insurgencia que la convirtió en una presencia tan letal en la región o impulsar a los afiliados en otras partes del mundo. Los grupos habían prometido lealtad a Isis en los últimos años a medida que el grupo terrorista crecía en influencia.
