Las muertes en el mar Mediterráneo de una madre y su hijo han expuesto aún más las fallas en un pacto entre Italia y Libia que ha llevado a que miles de inmigrantes sean devueltos por la fuerza al caótico país del norte de África.
Sus cuerpos fueron encontrados la semana pasada en los restos de un barco frente a la costa libia por rescatadores del barco español, Proactiva Open Arms. También se encontró a una mujer de Camerún aferrándose a un trozo de madera.
Compartiendo imágenes desgarradoras de los cuerpos y el aterrorizado sobreviviente, la ONG acusó a la guardia costera libia de abandonar al trío después de que se negaron a ser devueltos a Libia, el principal punto de partida para los migrantes que intentaban cruzar peligrosamente a Europa, con el resto del grupo interceptado
La guardia costera de Libia ha estado patrullando el mar Mediterráneo desde que llegó a un acuerdo con Italia en febrero de 2017 que lo capacitó para llevar a los inmigrantes de regreso a un país donde las agencias de ayuda dicen que sufrieron abusos y malos tratos. El acuerdo, que implicaba que Italia proporcionara fondos y equipo, fue hecho por Marco Minniti, el ex ministro del interior del partido Demócrata de centroizquierda, en un intento por frenar el flujo migratorio.
El acuerdo fue reforzado recientemente por el nuevo ministro de interior de extrema derecha de Italia, Matteo Salvini, quien viajó a Trípoli en junio “para ayudar a Libia, así como a Italia, a bloquear la migración”.
“El acuerdo con Italia es realmente desmedido en un momento en que el mundo necesita liderazgo y compasión”, dijo Iverna McGowan, directora de la oficina de instituciones europeas de Amnistía Internacional, a The Guardian.
“Firmar ciegamente un trato así y cerrar los ojos a las consecuencias humanas es muy escalofriante”.
En enero de 2017, la UE reveló un plan de 200 millones de euros destinado a detener la migración desde Libia, incluidos 32 millones de euros para ampliar su programa de capacitación para la guardia costera libia.
Los planes simultáneos han demostrado ser exitosos en la reducción de la migración: el número de inmigrantes que desembarcaron en las costas del sur de Italia en la primera mitad de 2018 cayó un 81% en comparación con el mismo período del año pasado.
