Un ataque suicida a una mezquita chiíta en la ciudad de Herat, en el oeste de Afganistán, ha matado a más de 29 personas y ha herido a más de 64 personas, dijeron funcionarios.
Más de 1,700 civiles han muerto en ataques en Afganistán en lo que va del año, lo que ha afectado la confianza en el gobierno del presidente Ashraf Ghani.
Abdulhai Walizada, portavoz de la policía local, dijo que parecía haber más de un atacante el martes, con testigos describiendo un suicida que detonó explosivos y al menos otro, un pistolero que lanzó granadas a los fieles.
“Dos atacantes entraron en la mezquita y comenzaron a disparar y lanzar granadas contra la gente”, dijo Mohammad Adi, un adorador de la mezquita que resultó herido en el ataque y llevado al hospital.
Mohammad Asif Rahimi, gobernador de Herat, dijo que al menos 29 personas murieron y 64 resultaron heridas en el incidente que ocurrió dos meses después de un ataque a una mezquita del siglo XII conocida como la Jama Masjid en Herat, en la que murieron siete personas.
No hubo reclamación de responsabilidad. Los talibanes, que luchan por instalar una ley islámica estricta y expulsar a las tropas extranjeras de Afganistán, negaron cualquier participación.
Ghani, cuyo gobierno ha estado bajo presión creciente debido al deterioro de la seguridad en todo el país, condenó el bombardeo y exhortó a los eruditos religiosos a “levantar su voz contra los ataques terroristas”.
Afganistán ha estado tradicionalmente relativamente libre de la violencia sectaria común en Irak o Siria, pero los extremistas sunitas militantes de la rama local del Estado Islámico han atacado repetidamente a la minoría principalmente sharia Hazara en el año pasado.
El último ataque se produce cuando la administración Trump considera el envío de más tropas estadounidenses para reforzar la coalición liderada por la OTAN asesorando y asistiendo a las fuerzas de seguridad en Afganistán.
Con información de The Guardian
