Murió Leonard Cohen, la voz melancólica que encontró lo espiritual

Leonard Cohen, quien murió el jueves a los 82 años, vagabundeó por el mundo buceando en su propia melancolía y emergió como la voz sublime y espiritual de su generación.

Más conocido como cantante y compositor, Cohen entró a la industria musical relativamente tarde y fue primero un poeta, una solitaria vocación que encajaba en la personalidad tímida y frecuentemente deprimida de este joven de Montreal.

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Pero Cohen, que luchaba contra su pánico escénico incluso en la cima de su carrera, grabó algunos de los temas más críticamente aclamados, aunque no siempre comercialmente lucrativos del siglo XX, incluidos “So Long, Marianne” y “Suzanne”, inspirados en dos de las muchas mujeres que fueron sus musas, además de la religiosamente entonada y frecuentemente interpretada “Hallelujah”.

“Es con profundo dolor que informamos que el legendario poeta, compositor y artista, Leonard Cohen ha fallecido. Perdimos a uno de los más reverenciados y prolíficos visionarios de la música”, dijo su manager en un comunicado publicado en la página oficial de Cohen en Facebook el jueves de noche. Su funeral, que será privado, tendrá lugar en Los Angeles.

Nacido en el seno de una próspera familia judía que fundó sinagogas en Canadá, Cohen fue celebrado como uno de los grandes literatos de todos los tiempos en su país natal, pero pasó su vida adulta constantemente en movimiento, tanto geográfica como espiritualmente. Tras el anuncio de su muerte, Montreal colocó las banderas a media asta.

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“Ninguna música de un poeta sonaba o se sentía como la de Cohen. Sin embargo su obra trascendió las generaciones”, dijo el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, también originario de Montreal.

Cohen fue uno de los que cargó el féretro de su padre Pierre Trudeau, también primer ministro de Canadá, junto al expresidente estadounidense Jimmy Carter y el expresidente cubano Fidel Castro, entre otros.

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Amantes de su música rápidamente se congregaron frente a la casa donde creció, en el corazón del distrito de Plateau Mont Royal de Montreal, donde encendieron velas y cantaron algunos de sus éxitos.