Buscando combinar su amor por los números y los datos con la música y la emoción, un matemático belga ha creado un álbum de música electrónica derivado de datos recopilados de agujeros negros.
Al traducir datos de simulaciones de fusiones de agujeros negros, ondas gravitacionales, estrellas de neutrones, comportamiento de partículas elementales cerca de agujeros negros y enanas blancas en sonidos, Valery Vermeulen creó música e incluso firmó un contrato discográfico con Ash International.
Valery trabajó con el cosmólogo Dr. Thomas Hertog, antiguo colega y colaborador de Stephen Hawking, para recopilar datos de ondas gravitacionales para el proyecto, titulado Mikromedas AdS / CFT 001.
Muchos de los datos que reunió Vermeulen provienen del satélite Voyager, que actualmente se encuentra a unos 14 mil millones de millas de la Tierra, y captura principalmente la radiación electromagnética emitida por varios objetos galácticos.
Luego utiliza la “sonificación de datos” para transformar las lecturas de radiación en sonido.
Vermeulen luego combina esa sonificación de datos con otras fuentes de datos que él mismo reinterpreta utilizando software de música electrónica como Max MSP para crear pistas.
La música en sí es oscura y representativa, y es exactamente lo que uno esperaría que suene un agujero negro. Pero antes de que te detengas a pensar, la Relatividad General nos aclara que no seríamos capaces de detectar el sonido cerca, lejos o dentro de un agujero negro con nuestros oídos, incluso si nuestros cuerpos no se hubieran deshecho en el proceso.
Lo sorprendente de los resultados del trabajo de Vermeulen y Voyager es que cada sonido que uno escucha no es el vuelo demente de la fantasía de un productor de música electrónica lejano, sino una representación auditiva de una pieza importante de datos observados del mundo real, lo que significa que hay sin pelusa y sin detalles innecesarios.
