La música feliz impulsa la creatividad, dicen los investigadores

Los artistas han confiado en las musas, la naturaleza, la bebida y las drogas para alimentar su creatividad, pero según nuevas investigaciones puede haber otra manera de estimular el pensamiento imaginativo: una explosión de música feliz. Según los psicólogos, la música edificante puede ayudar a la gente a pensar con más flexibilidad y evitar quedarse atascado en una rutina creativa.

Simone Ritter de la Universidad Radboud de Nijmegen y Sam Ferguson de la Universidad de Tecnología de Sydney decidieron probar el poder de la música al establecer a 155 personas en su adolescencia y veinte una serie de rompecabezas para abordar en silencio o escuchando clásicos clasificados como ya sea tranquilo, feliz, ansioso o triste.

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Los psicólogos anotaron a los voluntarios en dos medidas de creatividad. El primero, conocido como pensamiento convergente, requiere profundo pensamiento, precisión y lógica, y puede ayudar a las personas a alcanzar la mejor respuesta para un problema dado. Ritter y Ferguson utilizaron una serie de pruebas para medir el pensamiento convergente, incluyendo lo que se conoce como la prueba de la vela Duncker, en la que una persona debe trabajar cómo arreglar una vela a una pared y la luz sin cera goteando sobre una mesa de abajo.

La segunda medida de la creatividad, conocida como pensamiento divergente, es necesaria para llegar a ideas originales: las que conectan ideas previamente dispares, por ejemplo, o que usan la información de formas radicalmente nuevas. Para medir el pensamiento divergente, los participantes asistieron a una prueba llamada Tarea de Usos Alternativos, la cual anota a las personas sobre los usos que pueden encontrar para un objeto común, en este caso un ladrillo doméstico.

La música resultó no tener ningún efecto en el pensamiento convergente. Pero en comparación con sentarse en silencio, escuchar música feliz aumentó la puntuación de las personas en el pensamiento divergente de un promedio de 76 a 94. En el estudio, eso significó que más y mejores ideas vinieron de las personas que escuchaban las cuatro estaciones de Vivaldi, que escuchó el triste adagio de Samuel Barber para cuerdas; Movimiento ansioso de Marte de Holst de los planetas; o el tranquilo Carnaval de los Animales de Camille Saint-Saëns.

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Con información de The Guardian