Necesitados de mecánicos, dicen los fabricantes de autos, la escuela está en funcionamiento

NUEVA YORK ⎯ Si la conmoción que sufren los compradores al ver los precios en la sala de exhibición no fuera suficiente para provocarles un ataque cardiaco, una visita al departamento de servicio de la concesionaria lo sería. Ahí es donde un cliente indeciso probablemente verá el letrero que anuncia que los cobros por mano de obra ascienden a 125 dólares por hora, una tarifa típica en las ciudades y en el nivel inferior para las marcas de lujo.

Además de dolores en el pecho, la cifra también pudiera provocar un grito ahogado de asombrada comprensión: “Eso es mucho más de lo que yo gano”.

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Es cierto que a un mecánico que manipula llaves inglesas no le pagan esa tarifa por hora; el flujo de efectivo del taller debe cubrir herramientas de diagnóstico sofisticadas y contribuir con su parte al local de primera de la concesionaria. Pero los técnicos de nivel superior pueden ganar 100,000 dólares al año después de alcanzar el estatus de maestro mecánico y cinco años de experiencia, dijo Robert Paganini, presidente del campus en Mahwah, Nueva Jersey, del Instituto Técnico Lincoln.

Así que, sería lógico concluir, que los solicitantes golpean a las puertas de las concesionarias en busca de esos empleos.

No tanto: son las concesionarias y los fabricantes de autos los que golpean a las puertas, buscando ansiosamente candidatos en las ferias de empleo, escuelas de la industria y eventos para veteranos. La escasez de técnicos calificados es tan aguda que, hace un año, BMW of North America inició su propio programa de reclutamiento, haciendo su presentación ante estudiantes en escuelas técnicas postsecundarias y ferias profesionales. Aunque esa quizá sea una práctica común para las corporaciones multinacionales, es inusual en el hecho de que las vacantes de empleo estarán en franquicias de BMW de propiedad independiente.

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La escasez de técnicos automotrices no es nueva, pero a medida que los vehículos se han vuelto más computarizados y los programas vocacionales han desaparecido de las escuelas superiores, la situación se ha vuelto más urgente. El camino profesional ya no es cuestión de ver sobre el hombro de un mentor paciente. Avanzar en la profesión demanda habilidades digitales; un especialista en diagnósticos que pueda resolver enigmas sin indicios físicos.

John Fox, director del Instituto para el Desempeño de Fiat Chrysler, dijo que las concesionarias estadounidenses del fabricante de autos pudieran absorber a 5,000 técnicos en los próximos dos años, tras haber contratado a 3,000 en los últimos dos. Cifras de ese nivel dan confianza a Mark Davis, gerente de programas automotrices del Colegio Estatal Seminola en Sanford, Florida, en que su estimación del déficit de técnicos ⎯ más de 25,000 en las concesionarias estadounidenses en los próximos cinco años ⎯ es bastante conservadora. Peor aún, quizá no haya suficientes instituciones de capacitación en el país para seguir el ritmo, dijo Davis.

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Como la competencia por los compradores de autos está afectando sus utilidades, los departamentos de servicio de las concesionarias se han vuelto una fuente de ingresos vital. Según un reporte de 2016 de la Asociación Nacional de Concesionarias Automovilísticas, se emplea a 266,000 técnicos para realizar reparaciones mecánicas y de hojalatería. El año pasado, los clientes en las concesionarias en Estados Unidos gastaron 18,900 millones de dólares en cargos por mano de obra en los departamentos de servicio. Los trabajos amparados por la garantía, cuyos costos son cubiertos por los fabricantes de autos, representaron otros 9,600 millones de dólares.

Todo el tiempo, las compañías automotrices han operado programas de capacitación para transmitir la información de reparación especializada peculiar de sus modelos nuevos. Pero esa educación continua está dirigida a actualizar a mecánicos experimentados. Para abastecer a las filas de nivel inicial conforme los técnicos cambian de empleo o se retiran ⎯ la rotación de personal llega al 20 por ciento anualmente ⎯, los fabricantes de autos necesitan iniciar a un nivel de habilidad más básico, expandiendo la variedad de sus propios programas y asociándose con escuelas técnicas privadas para revertir el déficit de técnicos.

Inscribir a los reclutas adecuados no es fácil.

“Hay menos interés y comprensión de la mecánica entre los jóvenes”, dijo Gary Uyematsu, gerente nacional de capacitación técnica en BMW of North America, señalando que el mayor obstáculo para las contrataciones es la diferencia en las habilidades básicas. “No tienen práctica. Los mecánicos solían empezar con cierta experiencia en una estación de gasolina. Ahora la experiencia que una persona recibe trabajando en una estación de gasolina es vendiendo bebidas congeladas saborizadas”.

El enfoque de Fiat Chrysler para incorporar nuevos técnicos toma la forma de lo que se llama el Programa Automotriz Profesional Mopar. Iniciado en los años 80, opera en conjunción con universidades comunitarias y escuelas comerciales. Los estudiantes son elegibles para las prácticas profesionales, las cuales les permiten tener un ingreso y obtener experiencia laboral mientras siguen en la escuela. Ahora hay 80 programas afiliados, con unos 4,000 estudiantes que trabajan en busca de una certificación en productos de Fiat Chrysler en un programa de entre 12 y 18 meses o un título técnico de dos años.

La colegiatura, según Fox de Fiat Chrysler, es equivalente al costo de un año en una universidad pública de cuatro años. “Al completar los cursos, un estudiante ha alcanzado los primeros dos de cuatro niveles de experiencia”, añadió, lo cual le prepara para un puesto en el departamento de servicio.

BMW ha sido especialmente ambicioso en sus esfuerzos por mantener a las concesionarias a flote y a los compradores de autos circulando. En la sede norteamericana en Woodcliff Lake, Nueva Jersey, donde se ubica uno de los cinco centros nacionales de capacitación de BMW en un campus suburbano, los estudiantes del Programa de Educación Técnica de Servicio trabajan en libros de texto y en prácticas mecánicas en talleres que son salones de clase combinados.

El programa, conocido como STEP, ha graduado a más de 3,500 estudiantes desde que empezó en 1996, y no cobra colegiatura a los estudiantes; los costos son cubiertos por la concesionaria que los contrata. Un curso específico de BMW de 16 semanas prepara a los estudiantes, quienes son elegidos entre el 10 por ciento superior de su clase en un programa de capacitación automotriz postsecundaria. Unos 400 estudiantes completan el programa cada año, y 94 por ciento son colocados en empleos en concesionarias, dijo Uyematsu.

Aunque se enseñan fundamentos como reparaciones de motor y de transmisión, un 90 por ciento de la instrucción tiene que ver con sistemas electrónicos. El camino típico de un graduado es empezar como técnico de nivel de mantenimiento cuyos deberes incluyen servicio de neumáticos, alineación del volante y programación de funciones electrónicas; después de seis meses o un año, es típico un ascenso a un puesto como mecánico de línea.

Uno de los malentendidos más comunes sobre el empleo de un técnico es el papel de los sistemas de reparación computarizados, según Uyematsu. “El equipo de diagnóstico no nos dice qué está mal”, dijo. “Es solo una herramienta, y un especialista en diagnósticos necesita interpretar los mensajes”.

El Instituto Técnico Lincoln, una cadena que ofrece cursos afiliados con los fabricantes de autos e instrucción financiada por los estudiantes, ofrece un plan de estudios de instrucción automotriz así como programas especializados con fabricantes como Fiat Chrysler y Audi. Los estudiantes del Lincoln, dijo Paganini, típicamente llevan dos años de haber salido de la preparatoria y han estado trabajando en un empleo que tenía oportunidades profesionales limitadas.

El Lincoln los educa en sistemas mecánicos y electrónicos, pero también enfatiza habilidades sociales en cada clase. Esto es un reflejo del ambiente cambiante en los talleres de reparación, donde cada vez más los clientes quieren hablar directamente con el técnico. El programa automotriz típicamente coloca a entre 60 y 70 por ciento de los graduados en concesionarias de autos nuevos, y otros graduados son elegidos para trabajar en cadenas de neumáticos y de refacciones.

Más recientemente, el Lincoln ha añadido programas para ayudar a revertir la pérdida de la instrucción en las preparatorias que era el primer paso para muchos técnicos de carrera. En esta reversión de papeles, las preparatorias locales tienen contratos para enviar a estudiantes para clases de medio día en la instalación del Lincoln, donde pueden completar seis de las 13 unidades de estudio ofrecidas en el programa.

Ofrecer vías profesionales en industrias calificadas es valioso para los jóvenes que quizá sean técnicamente aptos pero no estén interesados especialmente en los caminos convencionales.

Sebastián Torres, de 19 años de edad y originario de Tarzana, California, encaja en esa descripción. Estudiante de las clases STEP de BMW en Nueva Jersey, asistió al Instituto Técnico Universal durante un año antes de conectarse con el programa de BMW. A juzgar por su comodidad en el entorno de motores desensamblados, fue una decisión lógica: “Supe desde el principio que no quería ir a la universidad”, dijo.

Eso se alinea con lo que Davis en el Colegio Estatal Seminola ve como la solución a la escasez de técnicos.

“Es necesario mostrarle a los estudiantes potenciales que tienen un camino profesional viable si se van por la capacitación postsecundaria”, dijo Davis. “Capacitar a los nuevos técnicos puede ser costoso. Sin embargo, no tener técnicos capacitados puede ser incluso más costoso”.

Norman Mayersohn
© 2017 New York Times News Service