El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha sido nombrado sospechoso en dos investigaciones sobre acusaciones de “fraude, violación de confianza y sobornos”, con su ex jefe de personal firmando un acuerdo con los fiscales para declarar en su contra.
Los movimientos marcan la crisis política más grave para el líder israelí.
Las sospechas contra Netanyahu, que niega cualquier acto ilícito, fueron reveladas por primera vez en una demanda judicial por detectives el jueves buscando una orden de mordaza en informar detalles de las negociaciones con Ari Harow, el ex jefe de personal, para convertirse en un testigo del estado. Las conversaciones se concluyeron el viernes con Harow firmando un acuerdo en el que aceptó testificar.
Según una declaración de la Policía de Israel, se espera que Harow reciba seis meses de servicio comunitario y una multa de 193.000 dólares por incumplimiento separado de los cargos de confianza – en lugar de una pena de prisión – a cambio de su testimonio.
Los últimos cambios dramáticos en la serie de investigaciones de largo plazo sobre Netanyahu, su familia y su círculo cercano, han llevado a algunos comentaristas de los medios de comunicación israelíes a sugerir que una acusación puede ser inevitable.
En medio de los llamamientos de los políticos para que Netanyahu se retire si es acusado en cualquiera de las investigaciones, los comentaristas, incluso en los medios de comunicación generalmente amistosos con el primer ministro israelí -incluyendo al derechista Jerusalem Post- han empezado a hablar de “alternativas”.
La confirmación de la gravedad de las denuncias se produce el día después de que su esposa, Sara, fue nuevamente entrevistada por la policía en un caso separado relacionado con reclamaciones por gastos de hogar en la residencia del primer ministro.
La saga, que a veces ha jugado como una telenovela, se ha apoderado de los israelíes, ya que se refirió a muchas de las críticas de Netanyahu durante su larga carrera política, incluyendo su persecución, su insaciable negociación para permanecer en el poder, su Gusto por el lujo y sentido del derecho.
Por su parte, Netanyahu y su oficina han desestimado las acusaciones contra él como una caza de brujas motivada políticamente diseñada para empujarlo fuera del cargo.
Con información de The Guardian
