Nicaragua está más cerca que nunca de una nueva guerra civil

Nicaragua está más cerca del “caos económico total” y de una nueva guerra civil que nunca, un juez de la corte suprema advirtió en una carta de renuncia al presidente Daniel Ortega.

En un despacho de tres páginas enviado al ex ícono revolucionario esta semana, Rafael Solís acusó a Ortega de transformar al país centroamericano en “un estado de terror” luego de un levantamiento contra él que comenzó en abril pasado.

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El juez, un asociado de larga data de Sandinista de 73 años, afirmó que las protestas pacíficas habían sido reprimidas “con derramamiento de sangre y fuego” y que los paramilitares fuertemente armados desataron para sembrar el miedo.

Una “guerra” en curso en la prensa, que el mes pasado vio a la policía armada apoderarse de la sala de noticias de uno de los medios de comunicación independientes más importantes de Nicaragua, significaba que los periodistas ahora enfrentaban una dura elección: el exilio o la cárcel.

En su carta, publicada el jueves, Solís se llamó a sí mismo “un ex militante sandinista” y dijo que renunciaba porque Nicaragua se había convertido en una dictadura que se parecía a una monarquía absoluta con dos reyes: Ortega y su poderosa primera dama y vicepresidenta, Rosario Murillo. .

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La negativa de la pareja a buscar una solución pacífica a la crisis a través del diálogo con la oposición ahora significaba un conflicto: “No deseo una guerra civil para Nicaragua, pero está claro que este es el camino que está siguiendo”.

Solís argumentó que el fracaso del ejército para desarmar a los grupos paramilitares pro Ortega culpados por decenas de muertes significaba que era “lógico esperar que los grupos de la oposición traten de armarse y el país regrese 40 años”.

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“Dios quiera que ocurra un milagro”, concluyó. “Dios salve a Nicaragua”.

Activistas y miembros de la oposición de Nicaragua celebraron la deserción de un miembro del círculo íntimo de Ortega como un gran golpe a su gobierno. Solís es un veterano sandinista y confidente de Ortega y, según informes, fue el padrino de la boda de Ortega en 2005 en Murillo.

“Cada vez más aislado, todo el régimen que tiene contra su pueblo son armas”, escribió la jefe de América de Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas.

Ortega ha culpado de la violencia mortal que ha asolado a Nicaragua a los “traficantes de golpes de odio” con respaldo extranjero. Pero su ex lealista desechó esas afirmaciones en su carta: “No hubo tal golpe, ni ninguna agresión externa, solo el uso irracional de la fuerza”.