Una niña de 11 años que quedó embarazada después de ser violada fue obligada a dar a luz después de que las autoridades argentinas se negaran a permitirle el aborto que le correspondía.
Las autoridades ignoraron las repetidas solicitudes de aborto de la niña, llamada “Lucía” para proteger su identidad, así como a su madre y a varias activistas por el derecho de las mujeres argentinas. Después de 23 semanas de embarazo, tuvo que someterse a una cesárea el martes. Es improbable que el bebé sobreviva.
La medida se ha descrito como “el peor tipo de crueldad para esta niña” y se le ha atribuido a una estrategia contra la elección en el país para obligar a las niñas a llevar a término sus embarazos.
Lucía le dijo al psicólogo del hospital en el que fue admitida después de dos intentos de suicidio: “Quiero que quites lo que el viejo puso dentro de mí”.
Lucía, la más joven de las tres hermanas, se quedó embarazada después de ser abusada por la pareja de 65 años de su abuela. La pusieron bajo el cuidado de su abuela en 2015, luego de que sus dos hermanas mayores fueran abusadas por el compañero de su madre.
Lucía descubrió que estaba embarazada el 23 de enero en un centro de primeros auxilios en su ciudad natal, en la provincia norteña de Tucumán. Una semana después, el niño ingresó en el hospital Eva Perón, en las afueras de la capital provincial de Tucumán. Sufriendo lesiones autoinfligidas resultantes de aparentes intentos de suicidio, fue puesta en cuidado estatal.
Si bien el aborto sigue siendo ilegal en Argentina, una ley de 1921 permite que se realice en casos de violación o cuando la vida de una mujer está en peligro. Un médico declaró en el tribunal que Lucía enfrentaba “alto riesgo obstétrico” si se permitía que su embarazo continuara.
