‘Nixoniano’: el despido de Comey lleva a la democracia a un nuevo territorio oscuro

El despido ‘nixoniano’ del director del FBI provocó comparaciones inmediatas con el escándalo de Watergate y las dictaduras

La decisión de Donald Trump de despedir al director del FBI, James Comey, que estaba investigando los vínculos entre los socios del presidente y el gobierno ruso, ha llevado a la democracia estadounidense a un territorio nuevo y peligroso, posiblemente ‘nixoniano’. Esa fue la evaluación de los líderes demócratas, observadores legales y expertos en seguridad, además de algunas comparaciones directas con el escándalo de Watergate y las dictaduras

Los directores del FBI tienen 10 años de mandato, precisamente para aislarlos de la política. Es muy raro despedirlos. La última vez que sucedió fue hace 24 años, cuando Bill Clinton destituyó a William Sessions, que se había aferrado a su cargo a pesar de un informe interno sobre conflictos éticos, que incluían el uso de un avión del FBI para viajes familiares.

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El despido de Comey ha tenido lugar en circunstancias muy diferentes. Se produjo en una noche en que CNN informó de que un gran jurado había emitido citaciones en la investigación de los contactos de la campaña de Trump con funcionarios rusos, y después de que Comey hubiese confirmado al Congreso que más de una persona conectada a la campaña Trump fue objeto de una investigación del FBI. Comey también había indicado que estaba investigando fugas desde el interior del FBI hasta la campaña Trump en el transcurso de las elecciones.

Un movimiento nixoniano

Matthew Miller, ex portavoz del departamento de justicia en el gobierno de Obama, dijo: “Trump encontró la excusa más conveniente posible para despedir a la persona que lo investigaba, pero es sólo eso: una excusa. Esto es legítimamente aterrador.

Varios comentaristas compararon el súbito despido de Comey con la “masacre de sábado por la noche” de 1973, cuando el presidente Richard Nixon despidió a Archibald Cox, el fiscal especial designado para investigar el asunto de Watergate.

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“Esto realmente es asombroso”, dijo Scott Horton, un abogado de Nueva York y experto en derecho internacional. “La comparación más inmediata es la Masacre del sábado por la noche … al disparar a Comey, Trump está afirmando su control sobre el FBI en el plano político”.

Malcolm Nance, ex criptógrafo naval y autor de un libro sobre la injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016, dijo: “Este es un movimiento nixoniano claramente diseñado para sacar al hombre que estaba investigando la colusión con una potencia extranjera.”

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Con información de The Guardian