En los eventos gubernamentales en la Ciudad de México ya no permitirán edecanes, a veces escasamente vestidas, que a menudo se emplean en eventos para saludar a los invitados o simplemente para actuar como adornos.
El alcalde de la capital, José Ramón Amieva, prohibió la semana pasada el empleo de asistentes conocidos en México como edecanes en eventos patrocinados por el gobierno local, afirmando que “este trabajo no debería existir” porque “va en contra de las políticas de igualdad de género”.
La decisión abre nuevos caminos en un país donde los estereotipos de género arraigados a menudo continúan relegando a las mujeres a roles de apoyo en la fuerza de trabajo.
“Las mujeres tienen un potencial igual o mayor que el de los hombres”, dijo Amieva. “Cualquier circunstancia que pueda degradar o estereotipar a las mujeres debe ser eliminada”.
El alcalde explicó que a las mujeres en la nómina del gobierno que habían trabajado previamente como edecanes se les otorgarán roles de “mayor empoderamiento”, y agregó que un desafío a la prohibición podría resultar en multas.
Amieva, quien será reemplazada más adelante este año por la primera alcaldesa electa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, también se ha comprometido a garantizar que las mujeres estén mejor representadas en paneles de expertos en eventos gubernamentales.
Un grupo de mujeres políticas que sostuvieron un foro sobre la industria edecan de México en 2014 concluyó que el trabajo a veces es un frente para la prostitución y que los modelos enfrentan condiciones laborales precarias.
Mientras que los edecanes usualmente se visten de manera más conservadora en eventos gubernamentales y corporativos que cuando promocionan productos en ferias comerciales o eventos deportivos, ha habido algunas excepciones notables que han despertado sospechas y atraído críticas.
En el primer debate presidencial en el período previo a las elecciones de 2012, las autoridades electorales contrataron un modelo de Playboy para repartir sobres a los cuatro candidatos.
Julia Orayen apareció en el escenario con un ajustado vestido blanco con un frente recortado que reveló un amplio escote. Seis años después, muchos han olvidado las propuestas de los candidatos para los votantes, pero pueden recordar claramente la apariencia polémica del edecan.
La política y el encanto sexual se mezclaron nuevamente en 2016 cuando la Nueva Alianza celebró un evento de campaña en la Ciudad de México con cuatro mujeres semidesnudas sin nada por encima de la cintura, pero con pintura corporal en los colores turquesa y blanco del partido.
El anuncio de la prohibición del empleo de edecanes ha sido bien recibido por activistas femeninas, y algunos han dicho que esperaban que el gobierno federal aplicara la misma prohibición.
Indra Rubio, coordinadora del programa de justicia de género de Oxfam en México, lo describió como “un paso pequeño pero muy importante” para un país donde las actitudes machistas continúan predominando en muchos sectores de la sociedad.
“Tenemos que cuestionarnos como sociedad: ¿por qué se ve el cuerpo de una mujer como un objeto? Esto siempre coloca a la mujer en desventaja, si su participación en la fuerza de trabajo está sujeta a su apariencia física “, dijo.
Con información de Mexico News
