TIJUANA, B.C.- Estudios recientes han demostrado que los berrinches o rabietas de los niños pudieran incluirse en el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, pero difieren con los expertos que argumentan que son parte desarrollo del menor.
Que se presenten los berrinches entre los 3 y 5 años de edad es normal ya que el niño va descubriendo que hay cosas que va a tener que hacer solo lo cual le causa frustración y de ahí se deriva la importancia de que los padres de familia establezcan límites aseguró la psicóloga Judith Vélez, Coordinadora del área de psicología de Casa de la salud.
Las nuevas generaciones de padres son catalogadas como permisivas, es decir no quieren ser estrictas con los hijos. A causa de la educación tradicional que experimentaron, pero en ocasiones se van a los extremos.
El impacto social de un berrinche o rabieta puede en ocasiones reducir los límites por miedo al que pueden pensar las otras personas en un lugar público, lo que provoca que los padres cedan para evitar que haga el berrinche.
Con ello se emite el mensaje de que puede obtener lo que quiere cada que hace un berrinche, la información psicóloga Vélez asegura que debe dejarse que un niño haga un berrinche sin ceder siempre y cuando no agreda a los demás.
A un niño tan pequeño no se le puede explicar y que lo entienda, ya que es la frustración de un momento.
Con información de Ivonne Hernández
