La investigación sugiere que las personas que tienen una mayor tendencia a voltear la nariz con el olor a orina, sudor y otros olores corporales tienen más probabilidades de tener actitudes autoritarias de derecha.
El estudio también encontró que tener un mayor disgusto por los olores corporales estaba relacionado, aunque en menor grado, con el apoyo a Donald Trump cuando era candidato a la presidencia.
El equipo dice que los hallazgos respaldan la idea de que un sentimiento de disgusto podría en parte respaldar la discriminación social en contra de otros, con un vínculo arraigado en un impulso primitivo de evitar contraer enfermedades de personas o entornos desconocidos.
“Creemos que las actitudes autoritarias podrían, al menos en parte, arraigarse en la biología”, dijo el Dr. Jonas Olofsson, coautor de la investigación de la Universidad de Estocolmo y del Swedish Collegium for Advanced Study.
Pero, recalcó, los sentimientos de disgusto no son inmutables. “A pesar de que el asco es una emoción muy primitiva que definitivamente está arraigada en nuestra supervivencia biológica, todavía puede ser alterada”, dijo.
Estudios previos han relacionado los niveles de disgusto con la orientación política, y algunas investigaciones sugieren que aquellos que se identifican como conservadores tienen una mayor aversión a las imágenes repugnantes.
Olofsson dijo que su equipo estaba interesado en explorar si la respuesta de los individuos hacia los escenarios relacionados solo con el aroma revelaba una asociación similar.
“Creemos que el olfato podría estar en la raíz del sistema de detección de patógenos, por lo que el disgusto del olor corporal podría ser la forma más primitiva y fundamental de detectar patógenos”, dijo.
Con información de The Guardian
