Jefe de la ONU insta a Myanmar a poner fin a operaciones militares

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha instado a las autoridades de Myanmar a poner fin inmediatamente a las operaciones militares que han enviado a más de 500,000 musulmanes rohingyas huyendo a Bangladesh, calificando la crisis como “la emergencia de refugiados de más rápido desarrollo y una pesadilla humanitaria y de derechos humanos”.

Guterres advirtió que la crisis humanitaria era un caldo de cultivo para la radicalización, los criminales y los traficantes. Y agregó que la crisis más amplia “ha generado múltiples implicaciones para los estados vecinos y la región, incluyendo el riesgo de conflictos intercomunales”.

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Dijo al Consejo de Seguridad de la ONU en su primera reunión abierta sobre Myanmar desde 2009 que las autoridades gubernamentales también deben permitir un “acceso sin restricciones” a la ayuda humanitaria y asegurar “el regreso seguro, voluntario, digno y sostenible” de todos los que buscaron refugio a través de la frontera .

Los rohingya han enfrentado décadas de discriminación y persecución por parte de la mayoría de la población budista de Myanmar, donde se les niega la ciudadanía a pesar de sus raíces centenarias en el país.

La crisis actual estalló el 25 de agosto, cuando un grupo insurgente rohingya atacó puestos de policía en el estado de Rakhine, en Myanmar, matando a una docena de agentes de seguridad, un acto que Guterres condenó nuevamente.

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Los ataques llevaron a los militares de Myanmar a lanzar “operaciones de liquidación” contra los rebeldes, provocando una ola de violencia que ha dejado cientos de muertos, miles de hogares quemados y el vuelo masivo de rohingya a Bangladesh.

Guterres llamó anteriormente a la crisis rohingya “limpieza étnica”. El no usó esas palabras el jueves, pero se refirió a “un patrón profundamente perturbador de la violencia y de los grandes movimientos de un grupo étnico de sus hogares”.

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Las autoridades birmanas insisten en que las operaciones de seguridad terminaron el 5 de septiembre, pero Guterres dijo que “el desplazamiento parecía haber continuado, con informes sobre la quema de aldeas musulmanas, así como saqueos y actos de intimidación”.

Con información de The Guardian