
Con los ojos del mundo puestos en Baja California, este es el momento preciso para avanzar con paso firme en el tema de la seguridad.
La Operación Frontera que encabeza el secretario de Seguridad del gobierno federal Omar García Harfuch anunció la detención de dos presuntos criminales así como droga, armas, cartuchos, vehículos y un inmueble.
Por estrategia, la dependencia no reveló el bando al que pertenecían los bienes asegurados y para el cual trabajaban los imputados, pues de lo contrario, sería avivar el fuego en la plaza.
Para ser precisos, en nuestra frontera fueron detenidos dos individuos en acciones separadas, y la Policía Federal aseguró 3.3 kilos de fentanilo, casi 116 kilos de cocaína, 2 kilos y medio de pastillas color azul presumiblemente de fentanilo, tres autos y un inmueble.
Con los ojos del mundo puestos en Baja California, por obvias razones que pasan por la cancelación de la visa de la gobernadora Marina del Pilar, su esposo y algunos colaboradores, este es el momento preciso para avanzar con paso firme en el tema de la seguridad.
Los grupos delictivos deben ser replegados a fin de evitar que sigan arrastrando a la población trabajadora en su espiral de violencia pero también en las secuelas que dejan sus actividades criminales.
Porque a nuestro estado se le ha castigado como consecuencia de una serie de delitos, desde el trasiego de estupefacientes hasta el tráfico de indocumentados y muchos más que incluyen la corrupción policiaca
Lo anterior ha provocado la ausencia de turistas y clientela procedente de Estados Unidos, principalmente de California, prueba de lo cual es la crisis de plazas comerciales y el cierre de negociaciones entre las que destacan restaurantes, clínicas, consultorios y otros giros que han tenido que reorientar su oferta al mercado local.
En pocas palabras nuestra entidad se encuentra entre la espada y la pared, entre un gobierno como el de Donald Trump dispuesto a frenar el tráfico de fentanilo y un gobierno estatal que en estos momentos tiene una muy disminuida capacidad de maniobra para poder trabajar a nivel internacional, e incluso dentro de los confines de nuestro país puesto que la descalificación y el descrédito corrieron como reguero de pólvora en el corto lapso de 72 horas.