spot_img

Operativo Enjambre en BC

Juan arturo Salinas

“Vienen Por Funcionarios y agentes de diversas corporaciónes, los cuales son vinculados con Criminales y tener nexos con la Delincuencia Organizada”.

Circula en redes un texto que si bien adolece de algunas imprecisiones, no deja de poner el dedo en la llaga al referir la alianza entre agentes de corporaciones policiacas de Baja California y organizaciones criminales.

El texto replica que en nuestra frontera será aplicado el mismo esquema que ha permitido desmantelar redes de protección a los capos del crimen organizado tal y como ocurriera en otros puntos como el Estado de México.

A la letra, el texto, con faltas de ortografía y sintaxis, asienta lo siguiente:

Llega a Tijuana Operativo “Enjambre”

Vienen Por Funcionarios y agentes de diversas corporaciónes, los cuales son vinculados con Criminales y tener nexos con la Delincuencia Organizada.

La fiscalía del estado informó que con el despliegue conjunto entre elementos de la secretaría de seguridad y protección ciudadana, de la Secretaría de Defensa Nacional, de la Secretaría de Marina, de la guardia nacional, del centro Nacional de inteligencia y de la Fiscalía General de la República, se busca desarticular la red de apoyo Municipal a miembros de diferentes organizaciones criminales que operan en la ciudad de Tijuana y el Estado de Baja California.

Así Cómo lo Ordenó el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador, este 5 de Enero del año 2025, la Presidenta de la República Claudia Shembau (sic), empieza la Transición pasando la Policía Municipal a la Guardia Nacional, conformando así la Policía Única”.

Desde luego que una medida como la integración de la Policía Municipal a la Guardia Nacional se antoja improcedente en una urbe con unos 2 mil 440 elementos por los grandes escollos administrativos, esto sin contar los problemas en materia de logística, uniformes, permiso colectivo de portación de armas, oficiales incapacitados y muchos otros más.

Pero el punto innegable es que hay y ha habido mandos policiacos de gobiernos recientes como el de Montserrat Caballero, que trabajaron para crear anillos de seguridad alrededor de figuras destacadas del crimen organizado, al grado en que algunos de ellos se movían en patrullas policiacas, como si fuesen detenidos, cuando que en realidad eran los patrones de los oficiales.

En otros casos, el juego del gato y el ratón o de policías contra ladrones se ha traducido en ganancias para los elementos que participaron en dicha pantomima -como la detención y posterior liberación del generador del 40 por ciento de las muertes en Tijuana y Tecate, Edwin Huerta Nuño a cambio de 10 millones de pesos-, aunque volvamos al ejemplo de gobiernos anteriores en que los primeros en beneficiarse del reparto de las utilidades eran precisamente los principales mandos policiacos.

Por lo pronto, el secretario Omar García Harfuch está ocupado con Sinaloa, en cuya capital fueron lanzados desde una avioneta volantes que exigen un operativo Enjambre en el estado y que dan nombres de personajes supuestamente coludidos con el crimen organizado.

De resolver en las próximos semanas el problema Sinaloa, esa piedrita que trae en los tacones la presidente Claudia Sheinbaum, los ojos de García Harfuch deben voltear hacia Baja California.