
A partir de hoy más de un político de cualquier partido, tendrá noches de insomnio.
La voz le tembló al declararse culpable, según testimonios de los presentes en su juicio.
Admitió su responsabilidad en 4 cargos de narcotráfico y de conspiración para introducir narcóticos a territorio estadounidense -uno de los más graves de acuerdo a la legislación del vecino país-, así como su participación indirecta en la muerte de al menos 3 personas.
Pero la joya de la corona es su aceptación para brindar información sobre los nombres de aquellos políticos que brindan protección a las organizaciones criminales.
Seamos claros: el gobierno de Donald Trump no va por los narcotraficantes. Busca exhibir a los políticos de los distintos gobiernos mexicanos que se han enriquecido de la mano de los cárteles del narcotráfico.
Porque la información que Ovidio pueda proporcionar pasa necesariamente por la experiencia de su padre, Joaquín “El Chapo”, quien durante años se negó a colaborar con las autoridades estadounidenses para llegar a un arreglo como el que hoy blinda a su hijo.
Y es que el Chapo tenía más que perder: ya le habían matado a un hijo, y aún le quedan una esposa y varios vástagos más a los cuales, incluso desde la cárcel, proteger con su silencio.
Ahora toca a Ovidio, el heredero que quiso ganarse a pulso su lugar dentro de la organización y por tanto incursionar en mercados tan riesgosos como el del fentanilo, la droga contra la que el gobierno de la Casa Blanca ha enfocado todas sus baterías.
A partir de hoy, Ovidio causará insomnio entre una clase política que jamás pensó que podría ser señalada desde una corte estadounidense y que los tragos más amargos que enfrentó fue verse expuesta en películas y series de Netflix como han sido los casos de políticos como Carlos Hank González, el ex gobernador Ernesto Ruffo y su procurador Francisco Franco, y otros casos más.
La lista será larga y deberá ser sustentada. Toda la información deberá cuadrar y ser corroborada pero sin lugar a dudas, a partir de hoy más de un político de cualquier partido, tendrá noches de insomnio.