
El FOBAPROA alcanzó la magnitud de 2 billones de pesos y los mexicanos todavía seguimos pagándolo
Este viernes la presidente Claudia Sheinbaum anunció que el paquete económico del 2026 eliminará las deducciones fiscales que la banca privada hace de sus pagos al Fondo Bancario de Protección al Ahorro, el tristemente célebre Fobaproa, con lo que el gobierno federal recuperará 10 mil millones de pesos anualmente.
El Fobaproa, rebautizado hipócritamente como el Instituto de Protección al Ahorro Bancario, Ipab, no es otra cosa que el rescate de la banca decretado desde el gobierno de Ernesto Zedillo y el cual seguimos pagando 30 años después todos los mexicanos.
Si bien la intención inicial fue proteger a los ciudadanos para que estos no perdieran sus ahorros, los más beneficiados fueron los grandes empresarios, las grandes corporaciones y desde luego los bancos, todos metidos en una misma licuadora como si 100 mil pesos tuvieran el mismo valor que 100 mil millones.
Y estas últimas cantidades solo las manejaban las grandes empresas o la banca privada, que se vio beneficiada con este rescate que alcanzó la magnitud de 2 billones de pesos y los mexicanos todavía seguimos pagándolo, pues tan solo por intereses, hemos cubierto 700 mil millones de pesos y se calcula que este fondo terminará de cubrirse hasta el año 2070.
Cínicamente, la banca privada deducía los impuestos sobre los pagos de este préstamo, por lo que se veía doblemente beneficiada hasta que este 5 de septiembre la jefa del Ejecutivo anunció que en 2026 las instituciones financieras deberán pagar estos impuestos.
Para darnos una idea de su magnitud, el Fobaproa, hoy conocido como Ipab, representa casi el 10 por ciento del presupuesto anual de nuestro país, lo que significa que de cada 10 pesos, uno va destinado a seguir cubriendo una deuda contraída por el gobierno de Zedillo Ponce de León hace exactamente 30 años y la cual no ha descendido sustancialmente.
Por la lejanía de los hechos, muchos de los mexicanos de hoy ni siquiera habían nacido, pero el efecto adverso de este adeudo contraído por los gobiernos neoliberales, le ha hecho mucho daño a un país donde la deuda privada se convirtió en deuda pública, la cual pagamos todos.